|
General: Conoce nuestro Sol -interesante-
Elegir otro panel de mensajes |
|
Durante
un periodo de actividad solar, se producen con mayor asiduidad
erupciones violentas en el Sol. Las llamaradas solares y vastas
explosiones, conocidas como eyecciones de masa coronal, lanzan fotones
de alta energía y materia altamente cargada hacia la Tierra, sacudiendo
la ionosfera del planeta y el campo geomagnético, afectando
potencialmente a las centrales de energía eléctrica, comunicaciones
críticas aéreas y militares, satélites, señales de Sistemas de
Posicionamiento Global (GPS), e incluso amenaza a los astronautas con
radiación dañina. Estas mismas tormentas iluminan los cielos nocturnos
con brillantes capas verdes y rojas conocidas como auroras, o luces del
norte o del sur.
La
intensidad del ciclo solar se mide en número máximo de manchas solares
– manchas oscuras en el Sol que marcan las áreas de actividad
magnética incrementada. Cuantas mayores manchas solares, más
posibilidades de que tenga lugar una gran tormenta solar.
Hubieron Tormentas Solares en el pasado reciente. Antes
de 1979, los científicos no tenían datos exactos de la cantidad total
de energía solar que alcanzaba a la Tierra. Estaban al tanto de las
fluctuaciones solares, pero lograr medir con exactitud la variación
solar era muy dificil antes del inicio de la era espacial. De hecho, no
fue hasta el lanzamiento del satélite Nimbus-7 en 1978, cuando una
sonda espacial fue capaz de obtener lecturas fiables por encima de la
capa atmosférica que protege la Tierra. Sin embargo, cuando las
erupciones solares ocurren durante épocas de máximos solares, existen
peligros que deben ser considerados. Por ejemplo, la microelectrónica
de a bordo en nuestros satélites es especialmente susceptible.
Cuando
los iones se estrellan a alta velocidad contra un satélite, los
sistemas de control pueden conectarse o desconectarse, se pueden quemar
los circuitos, y el material superconductor se puede degradar. Los
paneles fotovoltaicos para el suministro de energía son especialmente
sensibles a la degradación causada por las tormentas solares. Los
paneles solares del satélite GOES, perdieron 6 años de tiempo operativo
debido a un suceso solar en 1989.
Los
trastornos tecnológicos no se limitan a los satélites. Los astronautas
son especialmente vulnerables a las tormenas solares. La radiación de
alta frecuencia y las partículas de rápida movilidad son muy dañinas
para la actividad celular. Estas ondas y partículas de alta movilidad
poseen suficiente energía como para extraer electrones de las células
humanas, creando iones. Estos efectos “ionizadores” interrumpen el
funcionamiento normal de las células, los daños más severos resultan
cuando el ADN es afectado. Los paseos espaciales dejan a los astronautas
con muy poca protección contra los sucesos solares. Aunque las paredes
de las naves espaciales (por ejemplo las Estaciones Espaciales o de
las Lanzaderas) ofrecen algún grado de protección, es imposible
proteger completamente a los exploradores con un escudo contra la
radiación y las partículas. Pero incluso sin tormentas solares, los
astronautas se ven a merced de niveles crecientes de radiación, y se
asume que se verán expuestos a ciertos niveles “tolerables” de
radiación durante sus carreras en el espacio.
Los
efectos de las tormentas geomagnéticas no se limitan a los pasajeros
del espacio. Durante las tormentas magnéticas más potentes, pueden caer
desde la ionosfera intensas corrientes hacia la superficie de la
Tierra. El apagón de 1989 quedó grabado en la memoria de la empresa
HydroQuebec, cuando corrientes inducidas al suelo por una tormenta
magnética causaron un colapso en una planta completa de una de sus
centrales eléctricas en Canadá. Durante este suceso, 6 millones de
personas se quedaron sin suministro eléctrico durante más de 9 horas. A
menor escala, las corrientes inducidas al suelo pueden viajar a través
de las líneas de tuberías, causando corrosión. Además, cuando irrumpe
una llamarada solar, las ondas de radio pueden quedar completamente
interferidas durante pocos minutos o incluso algunas horas.
Entre
las misiones Apolo 16 y 17, la Tierra experimentó uno de los mayores
“sucesos protónicos solares” jamás registrados en la historia. Por
fortuna, cuando la tormenta llegó, los astronautas estaban bajo la capa
protectora de la atmósfera terrestre. Las simulaciones por ordenador
han demostrado que incluso dentro de la cápsula del Apolo, los
astronautas hubieran absorbido dosis letales de radiación en apenas 10
horas! Las misiones de seguimiento solar en activo nos ayudan a
predecir y a prepararnos contra los sucesos solares mas peligrosos. Ya
que el viento solar sopla mucho más lentamente que la velocidad de la
luz (aproximadamente 2.000 kilómetros por segundo, contra 300.000
kilómetros por segundo) , a menudo tenemos un margen de tiempo para
prepararnos contra la mayoría de las violentas emisiones.
Plan de contingencia. Las
perturbadoras tempestades solares no pueden alcanzar la Tierra en
menos de medio día según han determinado los científicos. Lo anterior
significa que los operadores de satélites vulnerables, los controladores
oficiales de aerolíneas y los que controlan las grandes redes pueden
tener avisos con varias horas de antelación a cualquier perturbación
proveniente del Sol.
Cuando
se aproximan las tormentas solares por el espacio, los ingenieros
ponen en el modo "a dormir" a varios satélites, las aerolíneas
modifican sus rutas alejándolas de las zonas polares que es donde la
radiación es mayor en su paso a través de la atmósfera y las grandes
líneas de conducción eléctrica son salvaguardadas contra posibles
sobrecargas.
Las
peores tormentas solares se denominan expulsión de masa de la corona
(CME's) Están formadas de partículas cargadas lanzadas desde los
intensos campos magnéticos en la superficie solar. Algunas veces, no
siempre, se generan en los lugares de emisión de flamaradas, las que a
su vez están asociadas con las manchas solares. "Entre más rápida sea la
emisión de la flamarada solar puede ser más destructiva, así que en el
peor de los escenarios, sabemos que se cuenta al menos con 12 horas
para tomar medidas preventivas", según Nat Gopalswamy del Centro
Espacial de Vuelos Goddard de la NASA.
Algunas
de estas expulsiones de masa solar toman dos días en atravesar los 149
millones de kilómetros entre la Tierra y el Sol. La flamarada solar
más potente de los tiempos modernos ocurrió el 4 de Noviembre de 2003.
Afortunadamente no venía dirigida hacia la Tierra, así que su CME tomó
24 horas en llegar y los efectos fueron limitados.
La Gran Tormenta del 2003 afecto fuertemente la capa de ozono. Las
gigantescas tormentas solares de noviembre de 2003 agotaron seriamente
la capa de ozono sobre el ártico durante ocho meses, sugieren
observaciones tomadas por satélite. Los niveles del ozono se habrían
reducido a apenas el 40% de los niveles normales. El efecto dominó
comenzó en octubre y noviembre de 2003, cuando el sol lanzó un chorro
nunca antes recordado de radiación y partículas cargadas hacia la
tierra.
"Nunca
hemos visto el ozono en este nivel en el hemisferio norte" dice Cora
Randall, investigadora del laboratorio de física atmosférica y espacial
en la universidad de Colorado, y parte del equipo de estudio.
Amenaza Solar en los próximos años.
Los
astrónomos han anunciado que durante los próximos cinco o seis años
veremos algunos de los fuegos artificiales solares más intensos vistos
desde la Tierra en mucho tiempo. En el pasado, algunos satélites de
comunicaciones han sido descompuestos por las tormentas solares y en
una ocasión una tormenta solar ocasionó un paro total de energía a
través de la mayor parte del territorio canadiense.Cada
11 años, las llamaradas y las manchas solares alcanzan su máximo y
como consecuencia también lo hacen las auroras. Grandes flujos de
partículas eléctricas son lanzados a través del espacio y golpean la
parte superior de la atmósfera de la Tierra. El campo magnético de la
Tierra actúa como escudo y estas partículas son barridas hacia abajo y
hacia los polos donde producen las luces nocturnas tanto en el norte
como en sur.Por
el momento, el Sol está en su punto mínimo. Sin embargo, Dikpati y sus
colegas han calculado que su actividad no solo comenzará a aumentar,
sino que culminará en su máxima actividad alrededor de los años 2010 y
2011, pero que este máximo será uno de los más intensos que jamás se
hayan tenido."El siguiente ciclo de manchas solares será un 30 a un 50 por ciento más fuerte que el anterior", dijo ella.La
última vez que la Tierra experimentó este tipo de golpeo solar fue en
el 1958 cuando las luces nocturnas se pudieron ver varias veces hasta
México. En aquellos días, las tormentas solares ocasionaban poco daño.
Una repetición hoy en día, sin embargo, tendría efectos muy notables. Se
verían afectados todos los teléfonos móviles, los dispositivos de GPS,
los satélites de meteorología y muchas otras tecnologías modernas,
agregó Dikpati.
Por Juan Carlos Jiménez.Fuente: Astronomía.Se inserta con el solo y único fin de crecer en conoocimientos de nuestro Sol. Casimiro.
|
|
|
Primer
Anterior
2 a 3 de 3
Siguiente
Último
|
|
BRILLODELUNA. GRACIAS POR COMPARTIR TUS SABIAS LETRAS O POR LEER LAS MIAS. UN ABRAZO..
|
|
|
|
|
|
|
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados | |
|
|