Alabado sea Jesucristo…
Mi
pasado y mi futuro pueden dar significado a mi experiencia en el mundo,
mas es sólo en el momento presente cuando puedo co-crear mi vida con
Dios.
Dejo
atrás “las cosas que no puedo cambiar”, las acepto y aprendo de ellas.
Ante mí hay posibilidades e ideas infinitas esperando ser captadas y
usadas por mí por medio de la oración, la afirmación y la acción.
En
este preciso momento, experimento la plenitud de Dios. Afirmo solamente
lo mejor, consciente de que todo el bien que deseo está disponible para
mí. Doy gracias a Dios por este momento y por la salud y la paz que
disfruto aquí y ahora.
¡Buenos días!
Todavía…
El
paso fugaz del tiempo es percibido por todos. El tiempo es un bien muy
valioso. Pero, la verdad es que tendemos a desperdiciarlo, en vez de
aprovecharlo con prudencia. Es evidente que no debes emplear demasiado
tiempo en tareas pequeñas y, por el contrario, poco tiempo en los
asuntos importantes. Pide a Dios le enseñe a valorar este regalo de un
día más.
Todavía
estás a tiempo de soñar. Todavía estás a tiempo de cambiar. Todavía
estás a tiempo de crear, de crecer y de buscar. Todavía estás a tiempo
de seguir un ideal. Todavía estás a tiempo de emprender un nuevo camino,
de sembrar y cosechar. Todavía estás a tiempo de dar. Todavía estás a
tiempo de madurar. Todavía estás a tiempo de perdonar, de probar y de
amar. Todavía estás a tiempo de hacer realidad alguno de tus más
apreciados sueños. Toda la fuerza para que esto suceda está en tu
interior.
Responsabilidad,
valor de las pequeñas tareas cotidianas, manifestaciones de bondad,
superación del egoísmo, son líneas maestras de un serio programa
espiritual que ayuda a crecer y madurar cada día. “Ser maduro es un
aprendizaje constante y culmina cuando nos retiramos de esta fiesta que
es la vida”. El Señor te acompañe con su bondad.
Padre Natalio