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General: " SOY TU NIETO GUIDO " ... EL HIJO DE LAURA ... NIETO DE ESTELA DE CARLOTTO ...
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Respuesta  Mensaje 1 de 5 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 05/08/2014 22:08

Carlotto advirtió que en la Fundación “tenemos códigos (…) y no queremos que lo molesten: no sabemos la historia completa, vamos a ser muy respetuosos”. Rosa Roisinblit, por su parte, se preguntó con qué reemplazaría el deseo de que “aparezca el nieto de Estela” con el cual ella brindaba cada vez que Abuelas celebraba la aparición de un nuevo nieto.

Tras 36 años de búsqueda

“Los espera la libertad y el amor, los vamos a hacer libres”

La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, rodeada por su familia biológica y de lucha, afirmó que su hija Laura, la madre de Guido, el nieto recuperado 114, de cuyo asesinato se cumplirá pronto un nuevo aniversario, “va a sonreír desde el cielo (…) porque yo nunca fui de lucha abierta pero ella les decía a sus captores que ‘mi mamá no se va a olvidar de lo que nos están haciendo”. Aunque no reveló su identidad, que sí trascendió desde el juzgado de María Servini de Cubría, Estela relató que su nieto Guido “se parece a los Carlotto y a los Barnes, es hermoso, es un artista , un tipo bueno. Él nos buscó, y se cumplió lo que decimos siempre: ellos nos van a buscar a nosotras”. Estela repitió que “nosotras no hacemos más que reclamar memoria, verdad y justicia”. “La silla (de Laura) seguirá vacía pero para aquellos que pretenden que demos vuelta la página, la recuperación de la identidad de Guido es una reparación para él, para la familia”. Más adelante, Estela afirmó que “otras abuelas tienen que sentir lo que siento yo: lo que yo quería era no morirme sin abrazarlo”, y desafió al dictador Reynaldo Bignone “a decirme que lo persigo”. Reivindicó a la Justicia y advirtió que “hay que nutrirla porque no queremos que esta historia se repita”.

El hijo de Laura

"Soy tu nieto Guido"

Cuando se cumplían 30 años de aquel oscuro 24 de marzo de 1976, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, escribió una columna en Página/12 en la que recordó la promesa que le hizo a su hija Laura --"buscar toda mi vida Verdad y Justicia y a su hijito Guido, nacido durante su cautiverio"-- y expresó el sueño que hoy se hizo realidad: "Camino disfrutando lo que otras Abuelas abrazan como propio, pensando cuándo me tocará oír un timbre, una voz, la sangre comparada que diga: soy tu nieto Guido".

El hijo de Laura

Remo Carlotto: "No podemos dejar de pensar en Laura"

El diputado nacional del Frente para la Victoria, Remo Carlotto, dijo que en su familia están "profundamente felices y conmovidos" y aseguró que al conocer la noticia de la recuperación de la identidad de su sobrino pensó "en Laura, mi hermana, y en la lucha de las Abuelas" y aseguró que "hoy nos tocó a nosotros este momento de felicidad que tanto compartimos desde la Casa de las Abuelas".

El hijo de Laura

El juicio por La Cacha y la apropiación de Guido

El 5 de junio, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, declaró ante el Tribunal Federal 1 de La Plata en la causa que se le sigue a 21 represores por las detenciones, torturas y desapariciones ocurridas en el centro clandestino La Cacha, donde habría estado su hija Laura. Frente a los represores, Estela declaró: “Tal vez alguna de mis palabras les llegue al corazón y puedan decir dónde están los nietos que faltan recuperar”.



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Respuesta  Mensaje 2 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 05/08/2014 22:15

Nicolás Maduro felicita a Estela Carlotto por encontrar a su nieto robado durante dictadura militar argentina

5 Ago 2014 | Haga un comentario
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La persona identificada, tras 37 años de búsqueda, es el nieto número 114 de las Abuelas de Plaza de Mayo y en la actualidad se llama Ignacio Huber, un músico (pianista) que vive en la localidad argentina de Olavarria

Multipolaridad


Respuesta  Mensaje 3 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 08/08/2014 06:39

EL PAIS › CARLOTTO SOLICITO AL JUZGADO QUE SU NIETO NO DEBA DECLARAR LA PROXIMA SEMANA

Un pedido para postergar la declaración

El abogado de Abuelas presentó un escrito a Servini de Cubría, requiriendo que se posponga la testimonial de Guido Montoya Carlotto para “no entorpecer la revinculación con su familia”.

 Por Irina Hauser

Estela de Carlotto está enojada con la jueza María Servini de Cubría. Un escrito que presentó en su nombre el abogado de Abuelas de Plaza de Mayo, Alan Iud, cuestiona la actuación de Servini al haber difundido en un programa de radio el nombre con el que fue criado su nieto, Guido Montoya Carlotto, y al haber especificado que vive en Olavarría. La presentación, además, pide que se postergue la declaración testimonial del joven, “a fin de no entorpecer la revinculación con su familia”, y que se adopten “medidas en resguardo de la privacidad”. Había sido citado para la semana próxima. Un material agregado, con una denuncia recibida por Abuelas hace cuatro años, señala un posible entregador del chico.

El juzgado resolverá hoy si modifica la fecha para que Guido se presente. La lógica indica que lo hará. Las Abuelas, durante sus 37 años de búsqueda, siempre han tenido como política preservar la intimidad de quienes acuden a ellas con dudas sobre su identidad. Ante el juzgado, reprocharon que apenas dos horas después de informarle a Carlotto sobre la restitución de su nieto, y cuando él mismo acababa de conocer su verdadera identidad, Servini dio una entrevista en Radio Del Plata en la que reveló los datos de Guido. El escrito reclama un trato “respetuoso y digno para las víctimas”, y proteger “su integridad física y moral, inclusive la de su familia”.

En el juzgado de Servini de Cubría existe una causa penal desde 1982, con mínimos movimientos y sin resultados, donde constan varios casos de posibles apropiaciones de hijos de desaparecidos. Uno de ellos es el de Guido. Por eso, la jueza fue quien citó a la presidenta de las Abuelas para darle la noticia sobre la aparición de su nieto tan esperado. A él, el resultado del estudio genético que había ido a hacerse por iniciativa propia se lo dio Claudia Carlotto, titular de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi), que además casualmente es su tía, hermana de su mamá biológica, Laura Carlotto, quien lo parió en cautiverio el 26 de junio de 1978, aunque fue anotado como si hubiera nacido el 2 de ese mes. Laura fue asesinada el 25 de agosto de aquel año, al costado de una ruta en la provincia de Buenos Aires.

Iud, el abogado de Abuelas, sostiene que antes de citar a declarar a Guido, quien necesita transitar la recuperación de su identidad con sus tiempos, el juzgado podría concentrarse en cuestiones básicas de la investigación. “Primero tendrá que reconstruir cómo fue arrancado de los brazos de la mamá y precisar dónde fue que nació, todos los intermediarios que participaron de su entrega y el médico que firmó la partida de nacimiento falsa”, explicó. Aunque hasta ahora, por datos y testimonios, existe la suposición de que Laura dio a luz en el Hospital Militar Central, otra hipótesis apunta al Penal de Olmos. Eso no está claro y hasta podría llegar a determinar que la causa a la larga cambie a un juzgado de La Plata. Laura estuvo secuestrada en esa jurisdicción, en el centro clandestino La Cacha.

Junto con el escrito de Carlotto se anexó material que podría serle útil a Servini: es la copia de una denuncia que habían recibido las Abuelas, en la que se señalaba que en Olavarría había un chico que podía ser hijo de desaparecidos y que podría haber sido entregado por Francisco “Pancho” Aguilar, dueño de un campo, con fuertes vínculos con los militares. En su chacra –precisamente– trabajó toda su vida la pareja de trabajadores rurales que crió a Guido como su hijo. Aguilar falleció hace tres meses y, al parecer, su muerte podría haber llevado a que Guido se enterara de que no era hijo biológico de quienes creía serlo. No tardó mucho en presentarse en Abuelas para pedir ayuda. Esta situación fue relatada por otro de sus tíos, Remo Carlotto, tras el primer encuentro familiar y una conversación de seis horas.

En Abuelas entienden que la prórroga de la declaración de Guido no afectará el devenir de la investigación, como sí, en cambio, la difusión de la identidad y el origen del nieto de Estela, que “comprometió el curso normal de los acontecimientos”. La última nieta recuperada, por ejemplo, Valeria Acuña Gutiérrez, dio su testimonio un mes y medio después de ser restituida. En el juzgado de Alicia Vence, de San Martín, entendieron que no había riesgos de fuga ni de ningún tipo para la causa y que de ese modo se respetaba a la joven. En otros casos, como el de Francisco Madariaga, sí fue necesaria su rápida declaración porque su apropiador lo amenazaba y podía fugarse. Desde el juzgado de Servini trasciende que, como hay una causa penal sobre la apropiación de Guido, deberían actuar con rapidez. Iud refutó: “No existe urgencia para su declaración”.

El enojo de Estela no tiene sólo que ver con la exposición de su nieto sino, también, con preservar y evitar desalentar a los otros nietos que seguirá buscando.


Respuesta  Mensaje 4 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 08/08/2014 14:07

La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo pudo abrazar a su nieto

El encuentro duró seis horas y se celebró sin la presencia de periodistas

La asociación de Estela de Carlotto critica a la juez que desveló la identidad de Guido y le pide que no lo cite como testigo para no "entorpecer la revinculación con su familia"

Estela de Carlotto atiende a la prensa a las puertas de su casa en La Plata. / AFP

No hubo fotos, ni periodistas. Pero Estela de Carlotto pudo por fin abrazar al nieto al que había buscado durante 36 años, por el que dio la vuelta al mundo, se convirtió en la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, y por el que ayudó a recuperar la identidad biológica de otros 113 bebés robados durante la dictadura. Todo eso para que un día pudiera sentarse junto al nieto y contarle la historia de su madre, Laura Carlotto, que hoy tendría 60 años si no hubiese sido asesinada durante la última dictadura (1976-1983), cuando tenía 24 años.

Y ese encuentro se celebró por fin en la ciudad bonaerense de La Plata. Estela de Carlotto, de 83 años, acudió con sus otros tres hijos: Claudia -responsable de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi), que se ocupa de atender a las personas que desean averiguar de forma voluntaria si son hijos de desaparecidos apropiados durante la dictadura- Remo -presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados- y Kibo -secretario de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires-. Y el nieto. De 36 años, acudió con su novia y con varios amigos. Hasta el lunes se llamaba Ignacio Hurban -por su padre adoptivo- y desde el martes aprendió que también Guido Montoya Carlotto. Guido es el nombre que su madre le puso, aunque solo la dejaron estar cinco horas con él. Y Montoya es el apellido de su padre biológico, Walmir Oscar Montoya, al que su familia llamaba Puño.

Es un calco del padre. Cuando lo vea la abuela paterna se va a impresionar

Claudia Carlotto, en una entrevista para el diario Página 12

Claudia Carlotto confesó este jueves al diario Página 12 que no le encontró ningún parecido con su hermana Laura porque es "un calco del padre". "Yo busqué y busqué y para mí nada, pero cuando lo vea la abuela paterna se va a impresionar. En cambio me identifiqué con su humor, tiene un sentido del humor muy parecido al nuestro y eso me hizo acordar a mi hermana". La reunión duró desde las tres de la tarde hasta las nueve y media de la noche. "Hablamos de todo. Él busca mucho el consenso, es sano, tiene sensibilidad social. Fue muy cálido, pero también estuvo muy bien plantado, sabe lo que quiere", añadió Claudia.

Y todo sucedió en la más estricta intimidad, alejados de la foto que tanto esperaba la prensa. El nieto de la presidenta de Abuelas hubiese preferido mantenerse en el anonimato al menos durante un tiempo. Pero la jueza encargada desde 1982 de investigar el robo del bebé de Laura Carlotto aireó su nombre el mismo martes en que se supo que era nieto biológico de la presidenta de Abuelas.

El miércoles a medianoche, la Asociación de Abuelas emitió un duro comunicado en el que criticaba a la jueza:

Desde que se conoció la noticia, circuló información de forma indiscriminada, que desde la institución nunca hubiésemos dado a conocer, ya que la intimidad de los nietos es siempre nuestra prioridad. Lamentamos que muchos de los datos hayan sido brindados por el mismo Tribunal Federal N° 1, encabezado por María Romilda Servini de Cubría, la magistrada que pocas horas antes había dado la noticia de la restitución a Estela de Carlotto.

Y el jueves, a primeras horas de la tarde, el abogado de la Asociación, Alan Lud, envió un escrito en el que volvía a criticar la actuación de la juez y le solicitaba que, de momento, no llame a declarar como testigo al nieto de Carlotto en la causa que investiga el robo del bebé de Laura Carlotto:

Habiendo tomado conocimiento mi mandante [Estela de Carlotto] que SS [Su Señoría] brindó dicha información públicamente por Radio Del Plata el martes 5 de agosto a las 16.16 -es decir tan solo 2 horas después de que ella misma fuera anoticiada", [solicito] "se adopten y extremen las debidas medidas de resguardo de la privacidad que la sensibilidad del tema amerita.

Asimismo, y toda vez que dicha difusión indudablemente comprometió el curso normal de los acontecimientos, solicito -también por expreso pedido de mi mandante- que de momento Guido Montoya Carlotto no sea citado a prestar declaración testimonial, a fin de no entorpecer la revinculación con su familia.

A pesar del escrito, la juez cito a declarar al nieto de Carlotto para la semana que viene en la causa sobre su apropiación.

Mientras tanto, este jueves, en la sede porteña de Abuelas, seguían recibiendo decenas de llamadas procedentes de personas que desean someterse a las pruebas de ADN. Puede que de ahí salga otro nieto "recuperado", que es como las Abuelas suelen denominarles. Pero lo más probable es que el camino del hallazgo sea distinto. Hasta ahora, solo 5 de los 114 nietos recuperados se presentaron voluntariamente para que se cruzaran su ADN con el de las abuelas. La inmensa mayoría de los hallazgos fue producto de largas investigaciones. "Ese camino es más largo", decía un empleado de Abuelas, "pero también les quitas a los nietos el peso de la culpa que puedan sentir".

Ese es el peso que conlleva conocer una historia tan oscura, la historia de los bebés robados de forma sistemática a las reclusas de la dictadura militar: algunos nietos se han sentido culpables por desenmascarar el gran engaño del que fueron víctimas. Porque al acceder a la verdad, en muchos casos, pusieron ante el veredicto de la justicia a las personas que los criaron. Pero las llamadas siguen llegando a la sede de Abuelas, en el número 592 de la calle Virrey Cevallos.


Respuesta  Mensaje 5 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 08/08/2014 23:19

36 años esperando un abrazo

La historia de Estela de Carlotto y su nieto es la misma que recorrieron cientos de abuelas en una búsqueda donde la ciencia ofreció una ayuda crucial

Primer capítulo de la serie '99,99%. La ciencia de las Abuelas' / Página oficial de Abuelas de Plaza de Mayo

Las Abuelas de Plaza cuentan en su página oficial de Internet con testimonios extraordinarios recogidos a lo largo de casi cuatro décadas de búsquedas. Pero hay uno especialmente ilustrativo: el documental de cuatro capítulos titulado 99,99%. La ciencia de las Abuelas y conducido por el actor argentino Leonardo Sbaraglia. Ahí se explica los detalles de un plan perfectamente organizado para encubrir el robo sistemático de bebés a las presas políticas que parían en cautiverio. “Con la colaboración de médicos, enfermeras, jueces…”, relata Sbaraglia. [Era] el robo, el crimen perfecto. Nadie podría jamás demostrar la verdadera identidad de esos chicos. Pero los apropiadores genocidas no contaban con los avances de la ciencia ni con la tenacidad de un grupo de mujeres en la búsqueda de la verdad”.

Estela de Carlotto explica en el documental: "Nosotros teníamos otra vida, cada una de las abuelas que componemos la institución teníamos un proyecto distinto: estar con la familia, los hijos, verlos crecer, envejecer, disfrutar de los nietos… Y vino una dictadura en marzo de 1976 que trajo un proyecto de asesinar a todos los opositores. Justamente eran nuestros hijos los opositores. En esa soledad, cuando la hija no vino, no volvió, no llamó… Empezamos a buscar. Sin saber adónde ir, a qué puerta golpear… Puertas cerradas…”

Nos escondíamos detrás de los árboles mirando chiquitos. A veces alguna maestra nos hablaba. Y ahí estábamos

Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo

La presidenta de Abuelas continúa su relato: “Al principio los esperamos… [a los nietos] ‘Me lo van a traer, me van a llamar, me lo van a dejar en la puerta…’ Preparamos un ajuar, un lugarcito, nos jubilamos… Pero nada. Y después dijimos: ‘bueno, ya van al jardín de infantes. Vamos a observar’. Nos escondíamos detrás de los árboles mirando chiquitos. A veces alguna maestra nos hablaba. Nos decía: ‘este chiquito tiene un comportamiento extraño… lo llevan, lo traen, es como prisionero…’ Y ahí estábamos”.

También se fijaban en el parecido físico de los niños que veían en la calle. “Yo me acuerdo”, continúa De Carlotto, “haber seguido a alguna señora que llevaba en brazos a un chiquito porque la carita era igual a uno de mis hijos. Después le miré la cara a la mamá y eran idénticos. O sea, esa cosa absurda: ir a la casa cuna [hospital materno infantil] y querer ver caritas de bebés cuando no sabemos ni a quién se parece”.

Estela de Carlotto, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, abraza públicamente a su nieto, Ignacio Hurban. / Pisarenko (AP)

Chicha Mariani, la primera presidenta de Abuelas, rememora también en el documental: “Hicimos de todo buscando a los chicos. Yo, por ejemplo, me disfracé de enfermera. Y estuve en el Hospital Durand mirando si la familia que yo había citado traían esa nena que yo esperaba ver o la suplantaban por otra. Y no me conoció nadie en el hospital. Ni los empleados, ni la gente de Abuelas, ni los médicos de Abuelas. Pero la nena, que había llegado con su mamá y estaba sentada a unos diez metros, me miró y se fue caminando hacia donde yo estaba y me dijo: `¿Cómo te va, señora?’ Porque me había visto pasar no sé cuántas semanas y días por su casa. Me reconoció disfrazada y todo”.

Las abuelas recorrieron medio mundo consultando a decenas de científicos para ver si podría deducirse el parentesco entre un nieto y sus abuelos, a partir de la sangre de los abuelos. Y les decían que no, que no y que no. Hasta que en 1983, en Estados Unidos, les dijeron que sí. Los avances científicos hicieron posible revelar parentescos entre abuelos y nietos con un margen de acierto del 99,99%. Y la primera “recuperación” a partir de un análisis genético la lograron en 1984.

Hicimos de todo buscando a los chicos. Yo, por ejemplo, me disfracé de enfermera

Chicha Mariani, primera presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo

De Carlotto explica las dificultades que encontraron en esa época con la Justicia: “Era duro expresarle a los jueces el derecho y cómo ellos lo asimilaban. Porque parecía que era un divorcio. Como cuando se separan los papás, que se disputan la niña o el niño. Les querían adjudicar a los apropiadores derechos de visita. ¡Era absurdo! ¿Cómo, si ese hombre es un delincuente? Robó a una niña de los brazos de su mamá en un campo de concentración y le van a decir que tiene derecho a verla”.

“Fue duro para nosotros”, rememora De Carlotto en la película. “La duda era: ¿Estaremos haciendo bien? ¿Qué va a pasar con esa criatura, qué sufrimientos…?”

Ahora, las Abuelas no tienen duda de que mereció la pena. Y es el propio Ignacio Hurban, el nieto restituido número 114, el que quiso emitir una llamada. Para que otros nietos -las abuelas calculan que aún faltan 400 por restituir- se animen a hacerse las mismas pruebas genéticas que a él le practicaron hace 18 días. Hasta ahora, de esos 114 nietos restituidos solo cinco se presentaron de forma voluntaria como lo hizo él.



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