Quiero sacar las rejas de mi ventana para tocar las flores.
Quiero sentarme en la vereda y tener la puerta abierta en las noches de verano.
Quiero la honestidad como motivo de orgullo.
Quiero la rectitud de carácter, la cara limpia y la mirada a los ojos.
Quiero la vergüenza y la solidaridad.
Quiero la esperanza, la alegría, la confianza, la fe.
Hoy tengo una tristeza infinita por todo lo que hemos perdido,
por todo lo que los niños un día temerán,
por el miedo en la mirada de los niños, jóvenes, viejos y adultos.
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