El oso ruso no “pedirá permiso a nadie” ni “entregará la taiga” de la que es el rey. Así lo manifestó el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ante un público de politólogos en la localidad de Sochi, en las orillas del mar Negro. Los reproches reiterativos a los dirigentes de EE UU por su política exterior, la defensa de la soberanía nacional y la insistencia en que Rusia no se va a plegar a ninguna sanción fueron temas en los que el jefe del Estado hizo hincapié en su cita anual con expertos, entre ellos bastantes norteamericanos, que hasta 2013 se celebraba en Valdái, una zona de recreo en el camino entre Moscú y San Petersburgo.
Rusia va a “defender sus intereses” a toda costa, dijo Putin, quien insistió que EE UU trata de dictar su voluntad arbitrariamente y sin ceremonias tanto en Europa como en Asia. El presidente se erigió en protagonista de la resistencia a la hegemonía norteamericana. “Recuerden aquella estupenda frase: “Lo que le está permitido a Júpiter, no le está permitido al buey”. “Nosotros no podemos estar de acuerdo con esta fórmula. Puede que al buey no le esté permitido, pero les quiero decir que el oso no va a pedir permiso a nadie”. Y continuó. “Además, [el oso] se considera aquí el rey de la taiga y sé con seguridad que no tiene intención de trasladarse a otras zonas climáticas, porque no está cómodo allí. Pero su taiga no la dará a nadie, y creo que se debe quedar claro”.
Según Putin, EE UU y los países occidentales se sintieron vencedores de la Guerra Fría y decidieron adaptar el mundo a sí mismos y excluir lo que les molestaba, con lo cual pasaron a comportarse como “nuevos ricos” e hicieron “todo lo que querían sin atenerse a ninguna regla”. Putin fustigó a EE UU por su actuación en Afganistán (ayudando a los islamistas que luchaban contra la URSS y luego se convertirían en radicales), en Libia y en Siria. El jefe del Estado atribuyó el descenso del precio del petróleo a la producción y venta de crudo “a precios tirados” por parte de los “terroristas”. El descenso de los precios del crudo está perjudicando gravemente a la economía rusa, cuyos ingresos en divisas dependen mayoritariamente de la exportación de hidrocarburos y materias primas. Rusia “no quemará” sus reservas de divisas para mantener el rublo, dijo, asegurando que la política actual de mantenimiento de la moneda tiene una duración limitada.
Putin negó que Rusia aspire a la “autarquía”, señaló que la política asiática de Rusia comenzó hace algunos años y abogó por un “nuevo consenso global de fuerzas responsables” en el mundo.
El conflicto en Ucrania
Refiriéndose a Ucrania, el presidente opinó que Rusia reconoció de nuevo que las Fuerzas Armadas rusas “bloquearon” las unidades militares ucranias en Crimea para que los habitantes locales “haciendo uso del derecho a la autodeterminación” votaran en el referéndum que, desde el punto de vista de Moscú, legitimó la incorporación de Crimea a un país que no reconoce el derecho de autodeterminación en su propio territorio y además penaliza la propaganda del separatismo. El mandatario reconoció que había ayudado al presidente Víctor Yanukóvich a refugiarse “varios días” en Crimea en febrero pasado cuando el líder ucranio huyó de Kiev. A juicio de Putin, el que Crimea “haya hecho uso del derecho de autodeterminación” “no significa que Rusia no respete la soberanía de Ucrania”.
Putin indicó que Rusia se está desmarcando de hecho de los acuerdos firmados en Minsk para regular el conflicto entre Kiev y los separatistas de las regiones de Donetsk y Lugansk. Refiriéndose a las elecciones convocadas por los separatistas en una fecha distinta y con un procedimiento diferente al de la legislación de Ucrania, Putin dijo que los acuerdos de Minsk contemplan la “coordinación con la legislación ucrania” pero no suponen que las elecciones en el territorio conflictivo tengan que ser “de acuerdo con la legislación ucrania”.
Las declaraciones de Putin contradicen el texto del acuerdo del 5 de septiembre firmado por Ucrania, Rusia y representantes de los separatistas bajo la égida de la OSCE. En el documento se establece claramente que las “elecciones locales” en las zonas de Donetsk y Lugansk controlados por los separatistas se celebran “de acuerdo” con “la ley de estatus especial” de aquellas regiones, aprobada recientemente por el presidente Petró Poroshenko. Además, Putin aconsejó a Ucrania retirar las tropas de las regiones del este del país y “no aferrarse a cada pueblo” en su esfuerzo por controlar su propio territorio y conservar su integridad. Putin dejó sin contestar una pregunta sobre la presencia de tropas rusas en Ucrania, formulada a partir de las afirmaciones de una periodista del diario Financial Times, que aseguró haberse encontrado con un grupo de militares rusos en un restaurante de Lugansk.
Putin se desmarcó de un comentario realizado por una de las participantes en el foro, que consideraba al presidente como una figura insustituible para Rusia. “No me puedo imaginar ni un segundo fuera de Rusia”, dijo el líder, quien añadió que su árbol genealógico se remontaba al siglo XVII. También se comparó con el dirigente alemán Otto von Bismark, quien, según dijo, “era considerado un peligro porque decía lo que pensaba”. “Yo también lo intento”, sentenció.