Alabado sea
Jesucristo…
Hoy, con la celebración de San Juan María Vianney, el
santo cura de Ars, recordamos a todos los párrocos y sacerdotes del mundo.
Esta celebración quiere poner de relieve de un modo
particular, la gratitud a nuestros sacerdotes, que con generosidad llevan adelante
la atención parroquial y ofrecen lo mejor de sí en favor de la comunidad. Para
ellos una oración:
Omnipotente y
Eterno Dios: dígnate mirar el rostro de tu Cristo, eterno y Sumo Sacerdote, y
por amor a ÉL, ten piedad de tus Sacerdotes.
Recuerda, oh Dios
misericordioso, que no son sino débiles y frágiles criaturas. Mantén vivo en
ellos el fuego de tu amor. Guárdalos junto a Ti, para que el enemigo no
prevalezca contra ellos, y para que en ningún momento sean indignos de su
sublime vocación.
¡Oh Jesús!, te
ruego por tus fieles y fervorosos Sacerdotes, por tus Sacerdotes tibios e
infieles; por tus Sacerdotes que trabajan cerca o en lejanas misiones; por tus
Sacerdotes que sufren la tentación; por tus Sacerdotes que sufren soledad y
desolación; por tus jóvenes Sacerdotes; por tus ancianos Sacerdotes; por tus
Sacerdotes agonizantes; por las almas de tus Sacerdotes que padecen en el Purgatorio.
Pero sobre todo. Te
encomiendo a los Sacerdotes que me son más queridos; al Sacerdote que me
bautizó, al que me absolvió de mis pecados; a los Sacerdotes a cuyas Misas he
asistido y que me dieron tu Cuerpo y Sangre en la Sagrada Comunión; a los Sacerdotes
que me enseñaron e instruyeron, me alentaron y aconsejaron; a todos los
Sacerdotes a quienes me liga una deuda de gratitud.
¡Oh Jesús!,
guárdalos a todos junto a tu Corazón y concédeles abundantes bendiciones en el
tiempo y la eternidad. Así sea.
¡Buenos días!
Empéñate en crecer
Crecer es dejar
atrás algo a lo cual estuvimos apegados y de lo cual nos cuesta desprendernos;
es atrevernos una vez más y estar dispuestos a ser diferentes de lo
que fuimos ayer; es desarrollarnos y evolucionar desde adentro. Cuando
decidimos cambiar una actitud negativa, estamos creciendo. Cuando decidimos
corregir un error, estamos evolucionando.
Fácil es decir que amamos. Difícil es
demostrarlo todos los días. Fácil es llorar por el amor perdido. Difícil es
cuidarlo para no perderlo. Fácil es herir a quien nos ama. Difícil es curar esa
herida. Fácil es criticar a los demás. Difícil es mejorar uno mismo. Fácil es
pensar en mejorar. Difícil es poner en acción lo pensado. Fácil es cometer
errores. Difícil es aprender de ellos. Fácil es orar todas las noches. Difícil
es encontrar a Dios cada día en las cosas pequeñas.
Resultado del
crecimiento es la madurez. Serás maduro cuando tengas la habilidad de controlar
la ira y resolver las discrepancias sin violencia; cuando no prejuzgues, ni
participes en chismes que contaminan el alma; cuando sepas posponer el placer
inmediato en favor de un beneficio a largo plazo. Ten presente que crecer solo
termina con la vida.
Enviado por el P. Natalio