Antártida. Opuesta al Ártico. La masa de tierra e hielo de 14 millones de kilómetros cuadrados, equivalente a casi dos veces la superficie de China, y que guarda en sus glaciares el 90 por ciento del agua dulce de la Tierra… está derritiéndose.
En meses recientes, investigadores de la Agencia Aeroespacial Estadounidense (NASA, por su sigla en inglés) y de la Universidad de California revelaron los resultados de un estudio que confirma lo que por tantos años han advertido científicos de todo el mundo:la Antártida se derrite a un ritmo acelerado y este proceso no tiene marcha atrás.
Según estos estudios, el Polo Sur se encuentra en un estado irreversible y no hay nada que detenga a los glaciares de esta área de fundirse.
Estos cambios en la capa helada se deben al calentamiento global y al agujero en la capa de ozono (ubicada a unos 20 kilómetros de la superficie terrestre), que también causa, en parte, el calentamiento del globo.
El calentamiento global y el agujero en el ozono, son dos procesos unidos, porque uno causa el otro y viceversa.
Para detenerlo, antes, tenemos que arreglar algunos problemas.
Problema 1: El agujero
En los años 80 del siglo XX, la ciencia notó que los clorofluorocarbonos (CFC) y otras sustancias químicas, utilizadas entonces en aerosoles y refrigerantes, estaban destruyendo la capa de ozono.
El agujero en nuestro escudo contra los dañinos rayos ultra violeta (UV) que emite el Sol mide 24,1 millones de kilómetros cuadrados y apunta a la Antártida, sin embargo a finales del año 2000 se comprobó que también en el Ártico ha disminuido la concentración de ozono atmosférico.
Simone Tilmes, físico atmosférico, confirmó en un artículo publicado por National Geographic, la existencia de la abertura y advirtió que por ahora no es posible saber hasta dónde se extenderá.
"En este momento no sabemos hasta qué punto crecerá el agujero de la capa de ozono del Ártico, dado que ahora mismo la capa sigue mermando” explicó Tilmes, del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica (NCAR) de Boulder, Colorado.
Además del derretimiento del hielo por el incremento del calor, la penetración directa de los UV puede causar quemaduras en la piel, lo que aumenta el riesgo de cáncer en la piel.
Problema 2: El calentamiento
La otra causa para el derretimiento de la Antártida es el calentamiento global por los gases de efecto invernadero (GEI) que emiten las máquinas fabricadas por el hombre.
Los GEI están naturalmente en la atmósfera y contribuyen a mantener el calor adecuado en la superficie, sin embargo hay otros de origen no natural que están causando el aumento acelerado de la temperatura y al mismo tiempo no dejan que se refresque el globo.
Es especialmente grave el aumento de la temperatura de los océanos, que socavan a un rirmo constante a los glaciares y barreras de hielo, arrojando miles de millones de litros de agua dulce al mar. Este fenómeno, a su vez, trae consigo un aumento de sus niveles, además de alterar la química de la que dependen incontables especies.
Desde un punto de vista meramente teórico pudiera no parecer importante la fusión de estos gigantes de hielo, pero iremos por parte.
a).- El caso de los glaciares y las barreras de hielo:
Para comprender la magnitud del daño que la actividad humana causa sobre la Antártida, describiremos el caso específico de la barrera Larsen A, B y C, que se extiende por tres secciones de norte a sur a lo largo de litoral oriental de la península. Bueno, deberíamos llamarla la “barrera Larsen B y C”.
La Larsen A se derritió completamente en 1995. Algo lamentable. Pero más lamentable aún es que 19 años después las grandes potencias mundiales, responsables de los gases que calientan la Tierra como si se tratara de un invernadero enorme, no han hecho lo suficiente por impedir que las secciones B y C sigan consumiéndose.
Larsen C había mantenido una extensión más o menos estable, pero las medidas realizadas con la ayuda de los satélites desvelan que está perdiendo espesor y que la duración del deshielo estival no ha dejado de aumentar.
Poco después de su lanzamiento el 1 de marzo de 2002, el satélite Envisat enviaba imágenes de la separación de una gran parte de la barrera de hielo Larsen B: 3.200 kilómetros cuadrados de hielo se desintegraron en cuestión de días debido a las inestabilidades mecánicas provocadas por el calentamiento de la región. Tras diez años monitorizando la barrera con su Radar Avanzado de Apertura Sintética (ASAR), Envisat ha sido testigo de cómo Larsen B perdía otros 1.790 kilómetros cuadrados a lo largo de una década.
También la plataforma de hielo Wilkins perdió un sector de su masa en el 2009, liberando gigantescos icebergs en el Océano Antártico.
Y como estos, decenas de casos. Entonces: ¿qué haremos?
b).- El caso de muerte de las especies:
Los mares son cada vez más ácidos a causa del ingreso de agua dulce por el deshielo de los glaciares. Esto causa el debilitamiento de los organismos que viven en agua salada y transforma el ecosistema de la Antártida, por lo que los seres que comúnmente habitaban las costas han tenido que emigrar mar adentro.
En esta región predomina un ecosistema relacionado con el agua salada del mar. Animales que se alimentan de otros animales, como los pingüinos, las focas o algunas especies de ave, también se verán obligados a moverse para conseguir el alimento necesario para su supervivencia.
El krill (especie de crustáceo) es la base de la cadena alimentaria de varias especies como los lobos marinos, focas, ballenas, aves voladoras y pingüinos. De seguir esta tendencia, en el año 2100 el nivel de dióxido de carbono en el mar se incrementará en 130% y la población de krill se reducirá a menos de la mitad.
La Antártida es la parte del Hemisferio Sur que más rápido se ha calentado. Esto afecta no sólo a los glaciares, sino al planeta entero, porque la Antártida regula el clima mundial a través de la circulación de las masas de aire y de la reflexión de los rayos solares a la atmósfera.