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General: Las revoluciones francesa e inglesa
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 14/01/2015 00:09

Las revoluciones francesa e inglesa

En la Revolución Inglesa del siglo XVII, el ala más revolucionaria reflejaba las aspiraciones de las capas más bajas de la sociedad, los artesanos y los trabajadores ―el naciente proletariado―, y esto encontró su expresión en una forma religiosa. El ala izquierda del movimiento se organizó en toda una serie de sectas protestantes radicales y democráticas como la Quinta Monarquía, los ranters y los anabaptistas, los niveladores y los cavadores.

En este contexto histórico estos movimientos tenían un carácter progresista y revolucionario. Reflejaban los primeros avances confusos de la conciencia de una clase que todavía no se había formado del todo. Después de la restauración, estas tendencias radicales plebeyas reaparecieron como disidencias religiosas. Perseguidos por la monarquía con el apoyo de la iglesia anglicana, muchos de ellos emigraron a América, y allí sus energías revolucionarias quedaron en un segundo lugar ante la tarea de descubrir y colonizar un nuevo continente. Con los años sus orígenes revolucionarios y radicales se perdieron. Algunos de ellos, como los cuáqueros, todavía mantienen algunos elementos de sus viejas ideas, aunque de una forma muy diluida y que no interfieren con sus exitosos intereses empresariales. La mayoría se han convertido en un baluarte de la reacción. En América Latina por algún extraño capricho del destino, las sectas evangelistas se han convertido en las tropas de choque de la reacción y los defensores de las dictaduras militares, mientras que hasta cierto punto, al menos la base de la iglesia Católica Romana, se ha inclinado hacia la causa de los pobres y los oprimidos.

Durante la revolución francesa ―más de un siglo después―, la conciencia de las masas había avanzado a tal punto que la religión ya no jugaba ningún papel en su pensamiento. La estrecha relación entre la iglesia y el estado absolutista era obvia para todos. En el tormentoso período que llevó a la toma de la Bastilla, los filósofos materialistas como Diderot y Holbach realizaron un riguroso trabajo para demoler la Bastilla espiritual de la religión. La revolución francesa erradicó la raíz eclesiástica. El estado jacobino oficialmente era ateo, aunque Robespierre intentó encubrirlo con la hoja de parra del “ser supremo”, que no convencía a nadie excepto al propio Robespierre. Aunque el pueblo de Francia se suponía era fervientemente católico, la religión prácticamente desapareció en Francia después de la revolución (excepto en los distritos más atrasados y reaccionarios como la Vendée). En realidad, la mayoría de la población odiaba a los curas a quienes consideraban, correctamente, agentes de la clase dominante. Sólo a finales del siglo XIX, especialmente después de la Comuna de París que dejó conmocionada a la burguesía francesa ésta dio los pasos necesarios para recuperar el método reaccionario de la religión, utilizando para este propósito trucos como los “milagros” manufacturados de Lourdes.

En la revolución rusa las cosas aún estaban más claras. Aunque la clase obrera rusa entró en la escena de la historia en enero de 1905 con un cura a la cabeza y portando iconos religiosos, todo esto desapareció rápidamente después de la masacre del 9 de enero, cuando el zar cristiano ordenó a sus cosacos abrir fuego contra el pueblo desarmado que había ido a presentar una petición. A partir de este momento la religión no jugó ningún papel en el movimiento, que estuvo organizado y dirigido por los marxistas. Después de la victoria de la revolución de octubre el colapso de la influencia eclesiástica fue incluso más rápido y más completo que lo fue en Francia.

“La Iglesia ortodoxa rusa se convertía otra vez más, sin llegar a sobreponerse a la mitología del cristianismo primitivo, en un aparato burocrático paralelo al del zarismo. El pope marchaba de la mano con el terrateniente y respondía con medidas de represión a cualquier movimiento cismático. Por tal razón se revelaron tan endebles, sobre todo en los centros industriales, la raíces de la Iglesia ortodoxa rusa. Separado del aparato burocrático de la Iglesia, los obreros rusos, en su gran mayoría, como así mismo la joven generación campesina, han apartado del mismo golpe la religión”. (Trotsky. Ibíd. pp. 190-191).

Este es un comentario devastador contra la forma en que el estalinismo ha retrasado la conciencia de la sociedad, cuando inmediatamente después del colapso de la URSS recuperó toda la antigua basura: nacionalismo, antisemitismo, fascismo, monarquismo ―y junto con todas estas glorias del zarismo― la religión y la superstición. Estos remanentes del barbarismo medieval se han extendido como una plaga en el débil y destrozado cuerpo de Rusia, mostrando a todo el mundo la verdadera naturaleza del “mercado” y el hecho de que la burguesía en Rusia no ofrece nada excepto la perspectiva de un declive económico, social y cultural.



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: mary-molly Enviado: 14/01/2015 02:49


 
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