En el colegio aprendimos que Plutón era uno de los nueve planetas del Sistema Solar. Pero durante el verano de 2006, los astrónomos decidieron sacarlo de esa lista. Así, durante la asamblea de la Unión Astronómica Internacional (UAI) celebrada en Praga, se acordó incluir a Plutón en otra categoría de cuerpos celestes, la de los planetas enanos, que fue creada en esa misma reunión. Por entonces, la nave espacial de la NASA New Horizons se dirigía ya hacia este pequeño mundo helado.
Unos meses antes, el 19 de enero de 2006, había despegado desde Cabo Cañaveral (EEUU) a bordo de un cohete Atlas para emprender un fabuloso viaje por el Sistema Solar que le llevaría hasta el que era, por entonces, el único planeta al que no había llegado una nave espacial.
Tras una larga travesía de nueve años durante la que ha recorrido unos 4.600 millones de kilómetros, New Horizons comenzó ayer por fin a estudiar el sistema de Plutón. Aunque su máxima aproximación a este cuerpo celeste tendrá lugar el próximo 14 de julio, cuando se sitúe a unos 10.000 kilómetros de distancia de su superficie, la nave de la NASA ya está realizando mediciones y estudiándolo desde la distancia. A partir de abril tomará fotografías, tanto de Plutón como de Caronte, su luna de mayor tamaño.
A pesar de que haya quedado relegado a la categoría de planeta enano, su estudio sigue teniendo un gran valor para los científicos. Y es que los planetas enanos, con tamaños de entre 200 y 2.000 kilómetros, se consideran reliquias del Sistema Solar que tuvieron su origen hace unos 4.000 millones de años. Por ello, explorarlos aportará datos importantes sobre la formación planetaria.
Durante su viaje, la nave ha pasado cerca de las órbitas de varios planetas del Sistema Solar: Marte (en 2006), Júpiter (al que se aproximó en 2007), Saturno (2008), Urano (2011) y Neptuno (2014).
La fase principal de la misión de New Horizons, que tiene siete instrumentos, consistirá en estudiar la estructura y en analizar la composición de la superficie y atmósfera de Plutón. Se cree que se trata de un mundo gélido con temperaturas que deben rondar los -230ºC, por lo que se piensa que no podría albergar vida.
Un largo viaje por el Sistema Solar
«Aunque tenemos algunas ideas sobre lo que esperamos encontrar, no puedo dejar de pensar que la historia se repetirá de nuevo y nos veremos sorprendidos por algo nuevo, algo que no esperamos ver», señalaba hace unos días Dennis Reuter, científico de New Horizons, en un artículo publicado en la web de la NASA.
Así, Reuter recordaba cómo las sondas enviadas a distintos destinos del Sistema Solar habían realizado sorprendentes descubrimientos, como los volcanes de Io (una luna de Júpiter), los lagos de hidrocarburos en Titán(el mayor satélite de Saturno), los géiseres de nitrógeno de Tritón (luna de Neptuno), entre otros muchos ejemplos.
New Horizons también intentará averiguar si Plutón tiene otros satélites que no han sido descubiertos. De momento, han sido localizadas cinco lunas: Caronte, Hidra, Nix, Cerbero y Estigia. Las dos últimas fueron descubiertas recientemente, en 2011 y 2012 respectivamente.
La sonda ha pasado gran parte de su viaje durmiendo para ahorrar energía. En total, ha estado hibernando 1.873 días repartidos en 18 periodos de entre 36 y 202 días. El pasado 6 de diciembre, salió de su última fase de hibernación para comenzar el periodo más importante de su misión, cuyo coste total asciende a 700 millones de dólares (unos 603 millones de euros).
Una vez complete su trabajo en el sistema de Plutón, si se encuentra en buen estado su misión en esta remota región del Sistema Solar se prolongará para que pueda sobrevolar uno o dos cuerpos celestes más del Cinturón de Kuiper, de entre 40 y 90 kilómetros de diámetro.
Por cierto, New Horizons lleva un puñado de cenizas de Clyde Tombaug (1906-1997), el astrónomo estadounidense que descubrió Plutón en 1930. Además de las cenizas, con las que la NASA hará un homenaje póstumo al padre de este planeta enano, la agencia ha metido en la nave otros objetos simbólicos, entre los que figuran una bandera de EEUU, una moneda de Florida, un CD con los nombres de casi medio millón de personas que escribieron a su página web y una pieza del SpaceShipOne, el primer vehículo espacial privado. También las sondas Voyager, los objetos creados por el hombre que más distancia han recorrido (la Voyager 1 ha salido incluso del Sistema Solar) llevaban discos con una selección de información sobre la Tierra y mensajes por si caía en manos de alguna civilización extraterrestre.