Ser testigo es mirar, observar, sin ningún
juicio, sin ningún pensamiento. Cada vez que pensamos, estamos juzgando. Si por ejemplo miro la luna y digo
“la luna es redonda” o “qué bonita es” o “cómo brilla”,
estoy juzgando la luna, estoy utilizando
el pensamiento para interpretar la luna. Cuando digo que la luna es bonita, la luna
deja de ser lo que es y pasa a ser la “luna bonita”.
He corrompido la realidad, he hecho
un condicionamiento, la luna está
condicionada por mi pensamiento de que
es bonita. La realidad deja de ser la
realidad y pasa a ser una interpretación
mental, una realidad condicionada. En cambio, si miro la luna y no digo
nada, simplemente observo la luna, estoy
siendo testigo, estoy viendo la luna tal
y como es, estoy viendo la realidad tal y como es. La luna es… la realidad es… no hay
interpretación mental, no hay condicionamiento
solo hay lo que es, la verdad.
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