Alabado sea
Jesucristo…
Yo te saludo, María, porque el Señor está contigo: en tu
casa, en tu calle, en tu pueblo, en tu abrazo, en tu seno.
Yo te saludo, María, porque preguntaste lo que no
entendías –aunque fuera mensaje divino–
y no diste un sí ingenuo ni un sí ciego, sino que tuviste diálogo y
palabra propia.
Yo te saludo, María, porque concebiste y diste a luz un
hijo, Jesús, la vida; y nos enseñaste cuánta vida hay que gestar y cuidar si
queremos hacer a Dios presente en esta tierra.
Yo te saludo, María, porque te dejaste guiar por el Espíritu y permaneciste a
su sombra, tanto en tormenta como en bonanza, dejando a Dios ser Dios y no
renunciando a ser tú misma.
Yo te saludo, María. ¡Hermana peregrina de los pobres de Yahvé, camina con
nosotros, llévanos junto a los otros y mantén viva nuestra fe!
Ulibarri
Fl.
¡Buenos días!
El arbolito de Navidad
Es bueno y
recomendable durante el tiempo de Navidad colocar en tu hogar un arbolito con
adornos y luces, ya que puede ser un buen símbolo de Cristo Salvador. Nacido en
Belén, él es el verdadero Árbol de la vida, del que fue separado Adán a causa
del pecado. En familia, el papá o la mamá pueden hacer esta oración de bendición
y rociar el arbolito:
Bendito seas, Señor y Padre nuestro, que nos
concedes recordar con fe en estos días de Navidad los misterios del nacimiento
de Jesucristo. Concédenos, a quienes hemos adornado este árbol y lo hemos
embellecido con luces, vivir también a la luz de los ejemplos de la vida santa
de tu Hijo y ser enriquecidos con las virtudes que resplandecen en su santa
infancia. Gloria a él por los siglos de los siglos. Amén.
Invita a los de
tu hogar a ver en este arbolito, lleno de luces, a Cristo luz del mundo que con
su nacimiento nos conduce a Dios, que habita en una luz inaccesible. En los
salmos se compara al hombre justo y recto con un esbelto cedro que crece,
lozano y frondoso, junto al Templo del Señor. Que la vivencia de Navidad robustezca
tu fe.
Enviado por el P. Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para adorarte y
servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí sólo busco, a tí
sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es conocerte y amarte. (Sol
1,1). La mies es mucha y pocos son los obreros para recogerla. El Señor
dijo: Vengan a mí los que están cansados y agobiados, que yo los
consolaré (Mt 11.28). Es la palabra de Dios. Alabado sea Jesuscristo.
Amén. Yo dibulgo cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de
que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a todos
los creyentes y no creyentes , que pidan al Señor Jesuscristo en
oración, que no haya más guerras ni hambre en el mundo, ni atentados
terroristas, ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así cómo el
amor, en todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado
Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro López