La instalación de fuentes como acceso directo te va a permitir no llenar tu equipo de fuentes que solo vas a tener que usar para un proyecto en concreto y, además, puedes llevar tus fuentes favoritas siempre contigo para usarlas en los ordenadores en los que trabajes.
Para ello, pulsa en el botón de inicio y selecciona Panel de Control/Apariencia y personalización/Fuentes. Seguidamente, fíjate en la zona izquierda de la ventana que se acaba de abrir y pulsa en Configuración de fuentes, en la nueva ventana, marca la opción Permitir instalación de fuentes con un acceso directo y, finalmente, pulsa en Aceptar (con ello has preparado tu PC para usar fuentes sin que estén instaladas en el disco duro).
Ahora, accede al contenido de la memoria USB donde guardas la fuente, entra en su carpeta y haz clic con el botón derecho sobre la misma, para después seleccionar Instalar como acceso directo entre las opciones que muestra.
Ahora, si vuelves a pulsar en el botón de Inicio/Panel de Control/Apariencia y personalización/Fuentes, podrás ver que la fuente se encuentra entre las disponibles, pero tendrá la típica flecha de acceso directo en su icono. Podrás hacer uso de ella siempre que la unidad USB se encuentre conectada a tu PC.