Algunos osos comen grandes cantidades de alimentos durante la primavera,
el verano y el otoño. De esta manera, acumulan reservas suficientes
para pasar el invierno, mientras hibernan. En las imágenes puedes ver a
varios osos, hambrientos, capturando salmones. Y es que los salmones son
una delicatessen para los osos, que a veces protagonizan luchas
encarnizadas para obtener las mejores piezas de pesca
Estos
sabrosos peces de río, muy ricos en calorías, permiten a los
plantígrados almacenar grasa para el letargo invernal. Los osos más
dominantes son muy remilgados y derrochones: se alimentan del 25% de
cada pescado, del que sólo aprovechan las partes más grasas, como las
huevas. En muchos casos, no comen ni un bocado cuando descubren que el
ejemplar capturado es un macho o una hembra que ya ha desovado. Lo bueno
de este despilfarro es que, como los osos suelen alejarse del agua para
comer, dejan en el suelo los restos de cadáveres de salmón que acaban
fertilizando los bosques.
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