Seguro que has escuchado la palabra mindfulness hace poco: es un estado de la mente que promueven los especialistas de la salud natural y la vida sana. Pero, ¿en qué consiste el mindfulness? A todos nos ha pasado que vamos conduciendo por un camino por el que hemos pasado cientos de veces y de repente no recordamos cómo hemos llegado allí. Esto es porque no estamos siendo conscientes de lo que estamos haciendo, no estamos en el presente.

El mindfulness reivindica la importancia de centrarnos en el momento, de sentir las emociones, los sentimientos y sensaciones de la actividad que estemos llevando a cabo y ser plenamente conscientes de ello.

¿Cómo practico el mindfulness?
Tener la capacidad de estar mentalmente en el momento es algo innato que todos tenemos en nosotros,pero se puede saber aplicar en mayor o en menor medida; al fin y al cabo se trata de la habilidad de concentrarnos y no a todo el mundo le resulta fácil. La meditación nos ayudará a

acercarnos al mindfulness. Podemos empezar a practicar meditación poco a poco, en una postura que nos sea cómoda pero que no induzca al sueño y empezando con cinco minutos para ir subiendo de duración. Una táctica que nos puede ayudar es la de recitar algún mantra con un sonido grave que nos ayude a liberar nuestra mente de pensamientos.

El paso siguiente es vivir nuestra vida diaria de manera mindfulness. Podemos simplemente fregar los platos usando este pensamiento: nos fijaríamos en el agua que corre, en su temperatura en nuestras manos, la espuma que causa el jabón o lo limpios que dejamos los platos tras pasar por nuestra esponja. A la hora de comer haremos lo mismo. Seremos conscientes de cada mordisco, del sabor de todos los ingredientes de la comida y de cómo nos baja hasta el estómago.

Para practicar el mindfulness tienes que enfocar tu atención deliberadamente. Piensa en una cámara que enfoca su objetivo en lugar de cuando llevamos el 'piloto automático' y hacemos las cosas sin prestar atención, lo que equivaldría a verlo todo borroso. Cuando somos mindfulness elegimos a qué darle importancia y estamos 100% en ello. No pensamos en el pasado y tampoco en el futuro, estamos conscientes en el presente. Por ello, nos olvidamos de la amargura que nos puede traer algún recuerdo pasado y del mismo modo, el estrés que nos puede causar lo que queda por venir. Cuando nos concentramos en lo que estamos haciendo todos los otros pensamientos se esfuman.

Además, cuando practicamos el mindfulness lo hacemos sin juzgar ni avergonzarnos. Esta costumbre no está pensada para reprimir ninguna emoción, es más, debemos de sentirnos plenamente libres de sentir o pensar cualquier cosa que se nos pase por la cabeza. Todo esto nos ayudará a experimentar nuevos estados y a conocernos mejor a nosotros mismos.

¿Qué beneficios tiene el mindfulness?
Llevar un estilo de vida mindfulness puede resultar un poco complicado al principio si no estamosacostumbrados, pero todo esfuerzo tiene su recompensa y la práctica del mindfulness te aportarámuchos beneficios.

Diferentes estudios, entre ellos de la universidad de Harvard, han demostrado que el mindfulness es muy efectivo para combatir el estrés, la ansiedad e incluso la depresión. Afecta directamente a la amígdala cerebral que es donde se controlan las emociones, en especial las que estimulan el miedo, y al concentrarnos en emociones positivas se encoge.

También nos ayuda a dormir mejor. El mindfulness, al ayudar a regular el estrés e incitar la calma a quien lo practica, es muy positivo para la persona que sufre insomnio ya que se sentirá mucho mejor a la hora de dormir y no le rondarán por la cabeza pensamientos negativos que le quiten el sueño.

Cuando practicamos mindfulness estamos fijándonos al 100% en lo que hacemos. Esto se traslada a todos los campos de nuestra vida diaria, como el estudio o el trabajo. Con el tiempo veremos que cada vez nos resultará más fácil concentrarnos en lo que tenemos delante, lo que se traducirá en un trabajo mejor hecho. Utilizando el mindfulness no perderemos el tiempo en cosas innecesarias y aprovecharemos el que tenemos al máximo, aumentando nuestra productividad.