Recuerdo con amor a todos aquellos que han venido antes que yo.
En Estados Unidos, hoy se recuerdan a quienes murieron dando servicio al país. Puede ser un día triste, mas al recordar a nuestros seres queridos, nuestros corazones se elevan. En cualquier momento y lugar, podemos compartir recuerdos con los miembros más jóvenes de nuestra familia acerca de quienes ya no están en este plano terrenal, pero que continúan viviendo en nuestros corazones.
Las remembranzas de nuestros seres queridos son más que monumentos mentales. Al rendirles tributo, revivimos los sentimientos de familiaridad y unidad. Sabemos que no existe separación en el Espíritu. Compartimos un vínculo que nunca puede extinguirse. Al vivir en el presente, nos preparamos para un futuro de expresión amorosa y felicidad.
Si uno de los miembros recibe honores, todos los miembros se regocijan con él.—1 Corintios 12:26
Los estudiantes que completan sus logros académicos experimentan un sentido de satisfacción. Como se les recuerda en los discursos de graduación: Hoy es el primer día del resto de sus vidas. Reflexiono acerca de la verdad de esta frase en mi vida. Recuerdo las graduaciones por las que he pasado, dentro y fuera del salón de clase.
Cada experiencia ha fortalecido mi fe y ha traído con ella la guía para una vida mejor. Así como he ganado sabiduría para el vivir cotidiano, he ganado sabiduría espiritual. Las prácticas y los estudios espirituales me permiten graduarme de un nivel de comprensión a otro más elevado. Soy enriquecido por la sabiduría. ¡Hoy es el primer día del resto de mi vida!
Cuando la sabiduría entre en tu corazón, y te deleites con el conocimiento, la discreción te protegerá y la inteligencia cuidará de ti.—Proverbios 2:10-11
Puede que haya muchos miembros de la familia, maestros y mentores que han impactado mi vida y a quienes considere ejemplos valiosos. Cuando pienso en estas personas, recuerdo cómo me han apoyado, motivado e inspirado. Siento gratitud por todo lo que han hecho para ayudarme a ser la persona que soy hoy.
Mas, ¿he pensado en mí como ejemplo? Yo también puedo marcar la pauta en las vidas de los demás. Cada día, puedo ser un ejemplo como padre o miembro de la familia, como compañero de trabajo o amigo, y por medio de las maneras en que demuestro mi fe en Dios. Valoro estas oportunidades y doy gracias por quienes han sido ejemplos para mí.
Ponga cada uno al servicio de los demás el don que haya recibido, y sea un buen administrador de la gracia de Dios.—1 Pedro 4:10