Una de las máximas ilusiones de muchos niños y niñas cada año es la llegada de los Reyes Magos y con ellos sus ansiados regalos; sin embargo, no en todos los países dicta la tradición que sean los magos y sabios de oriente los encargados de esta tarea, en Italia por ejemplo, la responsable de dejar juguetes a los niños y niñas es la Bruja Befana.
La palabra Befana se deriva de la palabra epifanía que no es otra cosa que la celebración de la llegada de Jesús a la tierra y en la que los magos de oriente van a Belén a adorar a Jesús y le obsequian el oro, el incienso y la mirra.
La tradición italiana dice que la bruja Befana es una anciana buena que viste con ropa andrajosa y que vuela en su escoba durante la noche previa al día de reyes (6 de enero) para visitar a los niños y obsequiarles dulces o, si se han portado mal, carbón.
Hay quienes aseguran que el origen de este personaje lo encontramos en Strenia, diosa romana de la fortaleza y la resistencia, cuya festividad se realizaba precisamente en primer día del año y en el que los romanos se intercambiaban regalos. Otros, sin embargo, dicen que los orígenes de la Befana se encuentran en celebraciones paganas del inicio de año. Pero, ¿quién es la bruja Befana y por qué realiza la tarea que en otros países está destinada a los Reyes Magos?
Historia de la Bruja Befana
Cuenta la leyenda que los Reyes Magos se perdieron cuando iban a dejar sus regalos al niño Jesús y, mientras buscaban su camino hacia Belén, encontraron a Befana, una bruja anciana a quien le pidieron ayuda, pero esta se negó argumentando que tenía muchas cosas que hacer en su casa.
Después de la negativa inicial, Befana se arrepintió y salió a buscar a los Reyes volando en su escoba. Pensando que quizá en su camino pudiera encontrar al niño Jesús, decidió detenerse en cada casa y regalar dulces a cada niño que encontrara.
Desde entonces, en la víspera del día de Reyes, Befana sale en su escoba y, al igual que lo hace Santa Claus la víspera de Navidad, entra por la chimenea de las casas para regalar juguetes y dulces a los niños buenos, mientras que a los niños malos deja carbón, cebolla y ajo. Cumpliendo así el mismo papel que en otros lugares del mundo realizan los Reyes Magos.