Mis metas y aspiraciones me han llevado a grandes logros en mi vida. Mi práctica de meditación, oración y afirmaciones me ha ayudado a hacer realidad mis sueños, a menudo de maneras que nunca hubiera podido imaginar.
Recuerdo eso cuando comienzo a preocuparme y a dudar si algunas situaciones resultarán como deseo. Apegarme a los resultados me da ansiedad y me roba la paz. Sosiego mi mente yendo a mi interior y recordando el poder de Dios. Respiro profundamente y siento paz mientras hago a un lado mis deseos cuando oro. Afirmo: “La paz es mía y todo está bien”. Libre de apegos, la paz interna y la calma se restablecen en mi miente y mi corazón.