Un día todo cambia, nada vuelve a ser igual. Las personas que creías que nunca se irían, se van.
Muchas sin ni siquiera despedirse. Un día tendrás que caminar sin querer hacerlo,
sonriéndole a la gente para que no noten tu dolor. Nadie te verá llorar y nadie sabrá
que estás muriendo por dentro. Tu brillo desvanecerá. Un día harás el mayor esfuerzo de tu vida solo para
levantarte de la cama y continuar.
No tendrás ganas de peinarte y le tendrás miedo al futuro. Tranquila, vas a estar bien. Porque también llegará el día en el que controles el dolor.
En el que dejes de buscar respuestas y aceptes
que nada es para siempre, que nadie es para siempre. Pronto vas a bailar en la ducha, aquel lugar
que fue testigo de tus días más grises. Ten por seguro que ese brillo que hoy sientes perdido,
volverá a alumbrar. Ten por seguro que esa sonrisa que hoy notas escasa,
volverá a salir. Ese esfuerzo que hoy haces para avanzar,
será recompensado. Tranquila, vas a estar bien.
Autor: Víctor Hernández
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