Hay que saber,
hacerse mayor sin miedo,
sin añorar el pasado,
hay que envejecer con dignidad,
sin vergüenza, sin pedir permiso,
sin hacernos daño.
Hay que saber,
que no nos hacen viejos los años,
que con el tiempo nos salen arrugas,
pero también nos salen por haber reído,
por disfrutar del sol y del viento,
de los viejos amigos
y de los buenos ratos.
Hay que saber,
que la felicidad no se maquilla,
que por viejo que sea,
el corazón nunca estará arrugado,
que el amor verdadero
aprender a querer bonito
y a caminar más despacio,
aceptar que ya no eres un niño
y aún así, seguir jugando.
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