Caminaba con su semblante y mirada altiva.
Parecían sus pasos firmes y seguros, pero en su interior todo era un torbellino de sentimientos y sensaciones.
Resonaban sus palabras al igual que sus tacones a cada paso.
Las palabras que fue sembrando poco a poco, la alimentaban, la llenaban de ilusiones.
Ilusiones que fueron como la niebla que se pega a las montañas.
Cuándo soplo la brisa se fueron disipando.
¿ Dónde habrán ido?
¿ Dónde quedaron sus ilusiones?
Todo fue un espejismo.
En esa altivez que muestra, se queda con los momentos que al menos ella suspiraba feliz.