Y aparecerás en un momento inoportuno a la ventana de un mundo que pensaba en la ajena que fuiste ante él.
El mundo añadirá su propio nombre y mofará al propio sol abrazador; mientras tú serás amante en los corredores de caminos mundanos.
Las rosas despertarán, dirán; un poeta soñoliento, y un mendigo dirá que él no supo de besos lascivos; más bien de besos que matan en olvidos movedizos como los tuyos…
Mientras yo buscaré lo que un día fue mi bolígrafo.