Qué lindo sería poder comernos a besos,
a besos que sean como un fuego que no se apaga,
a besos que hablen sin palabras,
sin prisas, sin miedos, sin límites.
Imaginarnos juntos, solo tú y yo,
en un abrazo que atraviesa el alma,
donde el mundo se disuelve,
donde solo existe tu perfume
y mi pasión, y el eco de nuestras respiraciones
se convierte en la melodía de nuestro amor.
Qué lindo sería recorrer cada milímetro
de tu piel, explorar cada rincón,
cada curva, como si fuera un territorio
nuevo, y sentir tus latidos respondiendo al mío,
sin que haya distancia, sin que haya tiempo.
Tus dedos, mi amor, recorriendo
mi cuerpo, mientras yo, perdido en ti,
me entrego a la suavidad de tu piel,
a la calidez de tus caricias,
a tus ojos que me observan
como si me leyeras el alma.
Y en cada beso, sentir que el mundo desaparece,
que todo se reduce a este momento eterno
donde tú y yo nos fundimos
en un abrazo ardiente, profundo,
que nos quema por dentro,
pero que también nos calma,
como una lluvia suave tras el fuego.
Qué lindo sería susurrarte al oído,
palabras dulces, suaves,
pero también palabras sucias
que despiertan el deseo,
esas que nacen del rincón más oculto
del corazón, esas que solo tú
puedes escuchar, esas que me hacen
perderme en ti,
hacerme tuyo, como tú eres mía.
Y cuando te sienta cerca,
cuando tu respiración me acaricie
la piel, cuando mis manos
descubran nuevos caminos,
te erizaré la piel con caricias
que son promesas y mis labios,
como un canto, te buscarán sin descanso,
ansiosos de fundirse en tu calor,
de robarte cada suspiro,
de perderse en ti hasta el final.
Quiero que sientas la fuerza de mis besos,
como una ola que no deja de llegar,
que se repite, que no se agota,
que te envuelve, que te atrapa.
Quiero que mis labios hablen por mí,
que te digan todo lo que no tengo
palabras para expresar,
y que cada beso sea una declaración,
un grito mudo de amor, de deseo,
de lo que eres para mí.
Gracias, mi bellísima princesa,
por ser el sol en mis días nublados,
por ser la mujer que inspira cada palabra,
por convertir mis sueños en fuego,
por despertar en mí este amor
que es más que lo que jamás imaginé.
Eres mi razón, mi todo, mi anhelo
y cada beso que te dé
será una promesa de eternidad.
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