LA FLOR MÁS HERMOSA...
 
La plaza estaba desierta cuando me senté a leer
bajo las frondosas ramas del viejo roble.
 
Decepcionada de la vida, con buenos motivos de
preocupación, el mundo venciéndome,
o era tal su intención.
 
Y como si eso no fuera suficiente para arruinar mi día, un niño agitado se acercó,
cansado de jugar.
Se paró frente a mí, con su cabecita en frenético girar y dijo muy excitado:
 
"Mira lo que acabo de encontrar!"
 
En su mano había una flor... y, qué triste visión,
los pétalos marchitos -escasa lluvia o escaso sol-.
Deseando se alejara con su flor muerta a jugar,
fingí una sonrisa pequeña y por mis pensamientos me dejé llevar...
 
Pero en vez de marcharse, se sentó a mi lado
y colocando la flor bajo mi nariz,
dijo con cierto matiz sobreactuado:
"Huele de maravilla y es hermosa para mí.
Por eso la he recogido, toma, es para ti".
 
La hierba que me ofrecía estaba muerta o en agonía, no estallaban sus colores, no era naranja,
roja ni amarilla.  Pero supe que debía aceptarla,
o el niño nunca se marcharía, tomé la flor y dije:
"Justo, tanta falta que me hacía".
 
Pero en vez de colocar la flor en mi mano dura,
la sostuvo en el aire, sin razón alguna.
 
Y entonces me di cuenta y sentí un escozor,
aquel niño era ciego: no podía ver la flor.
 
Sentí mi voz temblar, mis lágrimas brillar;
mientras le agradecía por elegir la mejor flor.
 
"De nada", sonrió y entonces se marchó
sin saber siquiera, que mi día cambiaba de color.
 
Me quedé ahí, preguntándome cómo hacía para ver, bajo un roble viejo, una patética mujer...
 
¿Cómo supo el niño de mi autoconmiseración?
Tal vez desde su alma, bendecido con la
verdadera visión.
 
A través de los ojos ciegos de un niño,
finalmente pude ver que el problema,
no era el mundo, el problema era yo.
 
Y por todas las veces que yo misma fui ciega;
prometí a la vida, ver las cosas bellas
y atesorar cada segundo mío,
con profundo amor.
 
Y entonces, llevé la flor marchita a mi nariz
dormida, aspiré la fragancia
de una hermosa rosa erguida.
 
Y sonreí, mirando al niño,
con otra hierba en su mano,
a punto de cambiar la vida
de un desprevenido anciano...
 
TUTO36MASK2.jpg picture by estefaniacatardi2004