"Los atributos del Dios vivo, del Padre de Cristo, hay que deducirlo de su revelación histórica en el Evangelio y en la conciencia de cada uno de los creyentes cristianos, y no de razonamientos metafísicos que sólo llevan al Dios-Nada, de Escoto Eríugena, al Dios racional o panteístico, al Dios ateo, en fin, a la Divinidad despersonalizada.
Y es que al Dios vivo, al Dios humano, no se llega por camino de la razón, sino por camino de amor y de sufrimiento. La razón nos aparta más bien de Él, antes de conocerle.
El conocimiento de Dios procede del amor a Dios, y es un conocimiento que poco o nada tiene de racional. Porque Dios es indefinible. Querer definir a Dios es pretender limitarlo en nuestra mente, es decir, matarlo. En cuanto tratamos de definirlo, nos surge la nada."
(MIGUEL DE UNAMUNO, Del sentimiento trágico de la vida, pág.163, Ed. Altaya).