Primeros Auxilios después de la ruptura
Cuando los que prometieron ser uno deciden separarse,
sobreviene una serie de síntomas que hablan de una
herida profunda que requiere de atención y cuidados
especiales. Aunque hombres y mujeres viven el proceso
de distinta manera, y a pesar de que cada pareja es
única, aquí va una serie de recomendaciones sobre qué
hacer en los momentos críticos de una separación.
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La ruptura de una pareja no sólo constituye una crisis
personal. También vulnera la imagen social de los
involucrados, porque están en juego la imagen y
autoestima individual, así como el proyecto de vida
que ambos emprendieron cuando asumieron su compromiso.
Se trata, según los especialistas, de un cambio tan
fuerte en la vida, tan devastador, que del terremoto
nadie salva ileso. Sean matrimonio o no, las parejas
que deciden continuar vidas separadas sufren heridas
difíciles de dimensionar en plenitud, que podrían
perpetuarse de no aplicar los adecuados primeros
auxilios en las primeras fases de esta crisis.
Es necesario precisar que las rupturas emocionales no
comienzan cuando se prepara la maleta para partir,
sino mucho antes, por lo que la búsqueda de apoyo
terapéutico se recomienda antes de que la pareja
llegue a la UTI.
Lo que sigue a la decisión irrevocable de separarse
afecta también de manera distinta a quien se queda y a
quien abandona. Sin embargo, los costos emocionales
son muy similares para ambos.
Aunque todo depende de la personalidad de las personas
involucradas, de cómo la pareja manejó su separación
en público, y considerando que no hay recetas
infalibles, cuando las maletas están listas, y
comienza el viaje en solitario, es importante tener en
consideración ciertas recomendaciones básicas, no para
sufrir menos, sino para respetar las etapas de un
duelo inevitable, y de estar más consciente del
recuento de daños que, según los especialistas,
siempre puede superarse.
PARTE II
* Hable cuanto antes. Antes de que la ruptura sea
inevitable, es conveniente conversar el tema con
alguien cercano, familiares, amigos, o alguien que
conozca a la pareja en cuestión. La idea es obtener
una visión desde la cercanía, sentir apoyo durante
esta fase del trance y ayudar a poner las ideas en
orden. También alivia hablar con personas que no
tengan ninguna relación con la pareja, ni esté
involucrado emocionalmente con el tema. De esta forma
se logra tener una visión desinteresada y objetiva del
problema que puede resolverse, antes de que sea
demasiado tarde.
* Lanzarse a la red. Los separados requieren
necesariamente de una red de apoyo emocional donde
encontrar apoyo y compañía. Parientes, amigos, e
incluso compañeros de trabajo son imprescindibles en
esta etapa. Es necesario retomar las amistades
perdidas u olvidadas. Lo importante es no quedarse
solo, al menos durante una primera etapa.
* El apoyo es temporal. Sin embargo, es importante
comprender que el apoyo de la red social, que en
cierta forma anestesia un poco la primera etapa de la
separación, se hará cada vez más espaciado. Las
invitaciones a comer o tomar un cafecito para
conversar, comenzarán a escasear porque la antigua
pareja ya no existe, entonces invitar a un separado o
separada a eventos sociales se volverá más difícil,
fenómeno que es "normal", porque en algún momento la
"novedad" de la separación, dejará de serlo.
parte III
* Apoyo profesional. Según los especialistas, es
recomendable que toda persona que se separa tenga al
menos una sesión de evaluación con un profesional en
salud mental. Este diálogo permite que la persona
observe su problema y entienda el porqué del fin de su
relación. Así se facilita identificar en qué falló él
o ella, así como los errores cometidos por su pareja.
La terapia ayuda a aclarar la propia vida y a
proyectar otro horizonte en solitario, así como
facilita la liberación de las culpas propias del
proceso. Es tan importante este ítem que en países
desarrollados es el propio Estado el que envía a los
postulantes al divorcio a un terapeuta. Es fundamental
considerar que muchos de los separados provienen de
familias cuyos padres también se divorciaron. Por eso
es que esta compulsión inconsciente requiere
urgentemente de un proceso terapéutico para no volver
a repetir este patrón y superar esa etapa.
* Llorar mucho. Si bien todas las personas se
manifiestan de manera distinta y los hombres tienen
una tara particular en cuanto al llanto, es mejor dar
rienda suelta a las lágrimas, para sacar la pena y
poner el problema fuera de uno mismo. El llanto es una
expresión emocional legítima, y es por eso que las
mujeres, en general, viven el proceso de la separación
con mayor sanidad porque se expresan, hablan de lo que
les ocurre, y lloran con desesperación. Por eso, a
juicio de los expertos, superan el trance mejor que
> los hombres.
* Evitar el odio. Es recomendable que quienes se
separan no queden en términos odiosos con su ex
pareja. Si bien las separaciones pueden sacar lo peor
de cada persona y se puede llegar incluso a la
agresión física o verbal, lo ideal es que se mantengan
ciertas normas mínimas de cortesía con el otro. En ese
sentido, lo ideal es no buscar alianzas estratégicas
entre los cercanos a la ex pareja, creando bandos a
favor o en contra de alguno de los que antes eran uno.
Un especial cuidado hay que tener frente a los hijos.
Es necesario explicarles -y cerciorarse de que
entienden- que la ruptura no tiene que ver con ellos,
y no inventar excusas para justificar la ausencia de
alguno de los padres.
* Autocuidado. Después de la separación es urgente
estar muy pendiente de lo que ocurre con uno mismo.
Esto pasa por resolver asuntos cotidianos como el
nuevo presupuesto disponible para los gastos del mes,
la nueva vivienda a habitar, o quien se hará cargo de
la limpieza y del planchado de las camisas en el caso
de los hombres. Otro tanto acontece con los cambios
físicos que necesariamente aparecerán como aumento o
baja de peso, falta de sueño, irritabilidad o
cansancio, síntomas que podrían estar asociados a una
depresión gatillada por el suceso. Es importante
considerar que estas señales que manda el cuerpo no
son sino un signo de que es la salud mental y no la
corporal la que está en riesgo, en esto se sustenta la
recomendación de un chequeo con un terapeuta. Un
consejo no menor es el que indica que todo lo que la
persona realice sea por propia satisfacción. Comprarse
ropa, maquillarse, viajar o divertirse deberían ser
actos motivados por uno mismo y no para demostrarle al
ex o a la sociedad que se está bien y que se puede
rehacer la vida.
* Darse tiempo. Asumir la separación es un proceso que
tarda tanto como es preciso y depende de los recursos
emocionales de cada persona. Sin embargo, es
importante no perder de vista que como toda herida, el
proceso requiere abrirla, limpiarla y esperar a que
cicatrice. Una vez que la vida vuelve a reorganizarse
en solitario, se repara la autoestima dañada, y se
perfila un nuevo horizonte individual, es recomendable
"abrir las puertas con cuidado". Quienes se separan
terminan muy vulnerables después de la ruptura y
sienten una gran necesidad de afecto, por lo que hay
que estar alerta al asumir nuevos vínculos que pueden
resultar nefastos y terminar en malas experiencias.
Fuentes: Perla Sanhueza, sicóloga especialista en
temas de pareja, y Juan Ariel Zúñiga, médico siquiatra
terapeuta familiar y de pareja, docente asociado de la
Universidad de Chile.