TU QUERIAS
Tu querías que yo sintiera esto.
Me deseabas fuerte y segura;
sin desesperación,
risas ni lágrimas.
No me querías con emociones,
de niña inocente.
Ni cándida, ni fría, ni torpe.
Con un sentimiento tranquilo,
anegado de resignación y de nobleza.
Yo debía ser blanca, estoica y dura,
como el mármol.
Ahí me tienes.
Hoy siento como tú querías.
Mi alma envuelve el cariño tranquilo,
mi espíritu percibe,
sin picos altos ni bajos.
Hoy tengo la tabla tersa
de algo inmanente;
algo que todo lo tolera,
sufre y permanece.
Pero sabes, eso, lo que siento…
Eso que perdura sin altibajos,
resignado y valiente.
Eso inofensivo,
llamado afecto sin egoísmo;
eso que amor llamarías,
por su belleza…
Es también, el dolor.
El hambre de un pan,
que no tendré nunca.
Esa devoción,
es llaga abierta al destino.
Algo excelso;
cadenas al cielo y a los espíritus,
que vuelan libres,
hacia la vida…
GRACIELA MARIA CASARTELLI
