
El jadin interior
En nuestro pequeño departamento podemos
llevar el mundo entero: una playa desierta
donde pasear; un bosque de arboles frondosos
donde descanzar. Yo escogi un bosque. De
repente, yo estaba sobre un lindo arbol, tan
lindo como solo puede serlo en nuestra
imaginación. Su tronco era fuerte, resistente,
y sus ramas se extendian en todas las
direcciones. Una suave brisa causaba un leve
movimiento, sólo para recordar que habia vida.
Y algunos pájaros , que habian escogido mi
árbol para hacer sus nidos, de vez en cuando
quebraban el silencio con sus gorjeos. Todo
estaba calmo, tranquilo, apacible.
Quedé un rato asi, embebiendome de vida,
de serenidad, de paz, disfrutando de mi jardin.
¿Como es que todavía no habia descubierto
que mi cuarto podia ser tambien un jardin
encantado?
No sé si alguien tocó a la puerta ó sonó el
timbre; sólo sé que,despues de un rato,no
sé si largo o corto, yo parecía otra persona,
serena, tranquila, totalmente reposada.
Es tan bueno, tan tonificante huir por
algunos instantes del laberinto y los ruidos
que nos asedian por todos lados , y entrar
en nuestro refugio secreto, en nuestra
propia fuente gemeradora de paz.
(Tomado de la red)

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