Dos gallos reñían por la preferencia de las
gallinas; y al fin uno puso en fuga al otro.
Resignadamente se retiró el vencido a
un matorral, ocultándose allí.
En cambio el vencedor orgulloso se
subió a una tapia alta dándose a cantar
con gran estruendo.
Mas no tardó un águila en caerle y raptarlo.
Desde entonces el gallo que había perdido
la riña se quedo con todo el gallinero.
A quien hace alarde de sus propios éxitos,
no tarda en aparecerle quien se los arrebate
Desconozco el autor