Ser amargado no es tarea fácil.
Durante nuestra vida experimentamos todo tipo de derrotas: en el trabajo, en nuestras relaciones personales, pérdidas económicas o de afectos que nos causan dolor. Es parte de la condición humana equivocarnos y sentirnos mal. Cada una de estas enseñanzas, que en un primer momento no parecen tener unpara qué, en realidad lo tienen. En nosotros está descubrirlo, y así reestructurarnos emocional e intelectualmente. Aunque también podemos sentirnos derrotados y adoptar el papel de víctimas, para sufrir por sufrir y transcurrir por la vida en un proceso de fosilización emocional, intelectual, relacional y social.
Cuando optamos por esta vía, paulatina y progresivamente nos amargamos la existencia y contaminamos con nuestra pesadumbre a las personas que nos rodean. Irónicamente, amargarse la vida no es fácil, requiere de que concentremos nuestras energías para hacer de cada día un infierno. Para lograrlo, hay que seguir estas reglas:
1. En el momento que escuchamos decir que tenemos al alcance de la mano la posibilidad de ser felices, nuestro primer pensamiento tiene que ser: éste no sabe lo que me sucede, sí tuviera los problemas que tengo, no diría eso; no sé en qué mundo vive.
2. Rechazar en forma automática otros puntos de vista, porque hay que tener la convicción de que las cosas tienen que ser como nosotros decimos y no como son. Ver la realidad está prohibido para un arquitecto de su propia desdicha.
3. Permanecer en el pasado y desde esa posición ver sólo los logros que se obtuvieron por herencia o suerte y minimizar los fracasos y los errores personales. Desde esta añoranza, flagelarse culpando al destino, la naturaleza, los cromosomas y las hormonas, la sociedad, los padres, los parientes o los amigos, por lo que no hemos logrado.
4. Sí algún amigo o familiar se atreve a insinuar que podríamos intentar poner algún remedio a la situación, hay que rechazar esta propuesta automáticamente y defendernos con estas frases: demasiado tarde, ni modo; así soy y.; a ti qué te importa; mejor ni te metas.
5. Considerar que "todos" son unos inútiles, no saben ni sirven para nada, que siempre son así y que nunca van a cambiar. Estos son los ingredientes indispensables para vivir aislado y lleno de prejuicios que es donde mejor se desarrolla el hongo de la desdicha.
Seguir estas reglas nos brinda altas posibilidades de que cada día aumente el malhumor, el resentimiento, la amargura y perder lo luminoso de la vida como la amistad, las ilusiones, sueños y proyectos; sentir la lluvia, las caricias, los besos y el rodar de las lágrimas; ver el cielo estrellado, la jacaranda en flor, un niño correr y a nuestro ser amado llegar; tocar la corteza del árbol, construir la libertad de pensamiento y de elección, asumir la responsabilidad por ser parte de una familia, una empresa, una ciudad y de esta forma, descubrir que más allá de nosotros mismos, hay alguien a quien servir y amar.
Juan Carlos Fernández
QUE TENGAN UN EXCELENTE DIA
©Tabla por Aida Grupos Gabito Agosto 2009
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