COMBO - Amigosdeaquiydeallacompartiendo

"El Señor es mi fuerza y mi escudo; mi corazón en él confía; de él recibo ayuda. Mi corazón salta de alegría, y con cánticos le daré gracias." Salmo 28:7 (NVI)
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Cuentan que en la guerra de los 6 días, cuando Isreal conquistó parte del territorio palestino en la década del sesenta, hubo una situación muy particular. Una posición israelita estaba por ser atacada por un ejército palestino que era ampliamente superior en cantidad de soldados.

Los israelitas sabían dos cosas: que su posición era clave para la estrategia militar de la conquista y si perdían esa posición sería casi imposible obtener la victoria. Y que era imposible defender la posición frente al ataque de un enemigo tan poderoso y superior. Era un terreno mortal sin salida. Pero a pesar de tantas contras, ellos quedaron firmes en sus puestos esperando el inminente ataque.

Pasaron las horas y los palestinos no avanzaban. No entendían por que no lanzaban el ataque final frente a una posición tan endeble. Después de más de un día de espera, los aviones israelitas atacaron al ejercito palestino destruyéndolo casi por completo. El escuadrón israelita que estaba defendiendo salió al ataque para cerrar la avanzada. Se tomaron muchos prisioneros.

A estos les preguntaron por que razón no habían atacado. Los palestinos que fueron interrogados por separado dijeron todos la misma respuesta: "Hubiera sido un suicidio atacar a una posición tan bien defendida con semejante cantidad de soldados". Los israelitas no entendían nada hasta que uno explicó: Seguramente, Dios envió a sus legiones de ángeles para defendernos. Él es nuestro escudo y defensa. Dios es quien nos ayudó.

Nunca se pudo confirmar esto. Pero la historia no puede explicarlo de otra manera.

Tal vez hoy estás en una situación de conflicto y estás amenazado. Tal vez te sentís que no tenés posibilidades de solucionar ese problema y solo podés perder. Tal vez te gana el desanimo por el peso de tu angustia y te sentís derrotado antes de empezar a luchar. Dios hoy vuelve a decirte que podés confiar en Él. Dios es tu escudo y fortaleza y aunque no puedas verlo, es tu ayuda oportuna y necesaria.

No estas solo en tu conflicto. Dios te acompaña y es tu combo defensivo. Es tu escudo que te protege, es tu fortaleza que te da seguridad y ánimo. Dios es tu ayuda siempre. Podés confiar en Dios.

REFLEXIÓN - Dios es tu combo defensivo

Un gran abrazo y bendiciones