Nuestro sexto sentido
Cuando éramos niños nos dijeron que tenemos cinco sentidos: el OLFATO para oler; el OÍDO para oír; el GUSTO para saborear; el TACTO para tocar y la VISTA para ver el mundo y las cosas.
Nos enseñaron como funciona cada uno de ellos. Nos enseñaban a diferenciar los colores para educar la vista, nos enseñaban a escuchar para educar el oído, y ¿quién no ha jugado alguna vez a la gallinita ciega para conocer a la persona que está tocando sin verla? o por ejemplo, hemos jugado todos a adivinar lo que olemos o a saborear lo que comemos si somos amantes de "la buena mesa".
Pero hay otro sentido: el ALMA para SENTIR. Es un sexto sentido que nadie nos ha enseñado nunca como funciona, hemos tenido que aprenderlo nosotros mismos, y es un aprendizaje personal. Y no llamamos SENTIDO a lo que percibimos por el alma, sino SENTIMIENTO. Dicen que el alma se sitúa en el corazón. Pues abramos nuestro corazón para SENTIR a DIOS.
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