“El que me entrega su corazón y reza el Rosario no debe temer a nada de este mundo, ya que esta santa oración los eleva por encima de toda dificultad y los protege especialmente de todo peligro, acercándolos con rapidez a Dios, creciendo interiormente, evitando ser contaminados de toda maldad. Esta es la protección que Dios da a los que rezan el Santo Rosario. Predicad esto. Amén. Amén”. (Salta, 17-01-96)
| |