Único y Diferente
Carlitos, de 2 añitos, intentaba inútilmente de caminar con los zapatos de su papá. Al dar un paso se le salían sus pies de los zapatos. Siguió intentándolo hasta que, cansado ya de tratar, descubrió que si en vez de levantar los pies como hace con los suyos, los arrastraba, podía moverse. Se reía entonces por lo gracioso que le había resultado. Llegó a la conclusión que, por más que deseara caminar como papá, de ninguna manera lo lograría a menos que lo hiciera con sus propios zapatos.
¡Cuántos Carlitos adultos observamos quitándose sus propios zapatos emocionales y tratando de calzar los de otro a quien, posiblemente admiran, o con quien se identifican, o a quien, tal vez….. envidian! Los resultados en todos los casos son pobres imitaciones que no logran satisfacer a quienes se resisten a aceptarse tal como son: únicos y diferentes. ¡No te dejes impresionar…sé tú! “El original es difícil de encontrar, pero fácil de reconocer.” (John Mason)
Es un elogio cuando alguien se te acerca y te dice: “Sigue siendo como eres.” Sobresale aquella persona que se goza en ser única y diferente, mostrando a todos que se acepta tal y como Dios la creó. Cuando alguien se obsesiona en ser como otro, hacer lo que otro hace, u ocupar el lugar que otro ocupa, está menospreciándose a sí mismo, subestimando lo que Dios le ha dado y codiciando lo que de ninguna manera le pertenece.
Dios nos ha dotado a todos con diferentes talentos, habilidades, dones y virtudes y espera que cada cual aprecie, en su justo valor lo que Él ha puesto en nuestras manos. Cada cual le tendrá que dar cuenta en su día, no por lo que se le dio a los demás, sino, por lo que se le dio a sí mismo. ¿Vives para multiplicar tus talentos o, decides enterrarlos, buscando calzar los zapatos ajenos, los cuales jamás se ajustarán a tu tamaño? No desperdicies tu valiosa vida teniendo en poco lo que Dios te dio para bendecirte. ¡Gocémonos en ser únicos y seamos agradecidos!
“Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor.” Mateo 25:23
Por: Zaida C. de Ramón
Dios les bendiga,
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