LOS DIAS IDOS
Los días
idos,
los fragantes
días, con los brazos
llenos de rosas, con la copa
llena de vino,
¿qué se hicieron?
¿Hacia dónde
se alejaron, envueltos
en la hebra de oro
de las flautas,
alto el sol todavía,
sin aguardar la sombra?
¿Junto a quién, como antes
en torno mío, tejen
el armonioso friso
de las antiguas ánforas,
desnudos en el tiempo
de su sola belleza,
al aire la aromada
guirnalda de su canto?
Nada queda en mis manos
de lo que ellos portaban,
ni en la arena la forma
de su danza.
Me dejaron tan sólo,
por olvido,
la dorada memoria
de sus cuerpos.
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MEIRA DELMAR