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Mucho se ha escrito sobre la felicidad, existen fórmulas que
casi nos sabemos de memoria pero que nos son difíciles de
aplicar en nuestra vida: que si la felicidad esta en dar a los
demás, que si el dinero no compra la felicidad, que si no se
trata de un destino sino de un trayecto.... y podemos seguir
con una cantidad interminable de citas y tips para ser feliz.
Sin embargo hay uno en especial que me parece coherente y
aplicable en cualquier caso:
"La Felicidad es cuestión de Actitud"
Al parecer existen diferentes métodos para llegar a la
felicidad: algunos tratamos de encontrarla a través de
nuestra vida profesional o conyugal, otros pensamos que por
medio de un estricto régimen espiritual (cualquiera que sean
nuestra religión o creencias) algunos otros creemos que con
tener dinero seremos felices, otros simplemente nos dedicamos
a hacer lo que nos gusta y evitar todo aquello que nos desagrada
y suponemos que con todo con esto la felicidad llegará por arte
de magia. La verdad es que no sucede así.
Cuantas veces no nos encontramos ante personas frustradas,
amargadas o infelices porque de alguna manera no obtuvieron
"todo" lo que hubieran deseado: un buen empleo, un auto nuevo,
un matrimonio perfecto, unos hijos intachables.... o incluso hay
quienes han logrado todo aquello que desearon y aún así no son
felices.... ¿qué es lo que pasa entonces?
Como lo mencioné anteriormente, la felicidad es cuestión de
actitud, pero también de práctica. La felicidad es un ejercicio
que debemos practicar constantemente. Es una capacidad que
todos poseemos pero que no hemos sabido desarrollar. Y es que
somos educados de manera que podamos saber cuanto es dos
mas dos o quien descubrió América... pero nadie nos enseña a
ser felices.
Los que saben de Inteligencia Emocional recomiendan hacer una
lista de al menos 50 cosas que nos reportan felicidad. Después
de las primeras 10 o 15, se nos terminan los eventos especiales
como estrenar auto o conseguir una promoción en nuestro empleo
o una boda de espectacular. Entonces empezamos a pensar en
cosas mas sencillas: Disfrutar un buen helado de chocolate,
escuchar nuestro disco de música favorita, leer un buen libro,
salir al campo y respirar aire limpio.
Todo empieza a tener sentido: La felicidad en letras mayúsculas
tal vez no existe, (por ejemplo el típico final de los cuentos de
hadas: "Se casaron y vivieron muy felices para toda la eternidad")
pero en cambio tenemos un sin fin de posibles momentos
cotidianamente felices.
Es precisamente en estos momentos o instantes en los que debemos trabajar. Tal vez se nos presentan en mayor frecuencia de lo que nos hemos percatado y los dejamos pasar, sin disfrutarlos plenamente por estar esperando los grandes eventos.
Atención: con esto no quiero decir que no debamos ser ambiciosos
o tener sueños y metas elevados, simplemente quiero poner énfasis en el poco cuidado que prestamos a nuestros pequeños "momentos
felices". No esperemos a que dichos sueños o metas se cumplan
para ser felices, aceptemos el reto de lograr la felicidad
paralelamente.
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