Cuántos reparamos siquiera
en el privilegio de vivir?
Agradezcamos estar vivos,
siempre hay un motivo para sonreír,
para reír, para llorar,
y merece ser ejecutado...
Que importa si los demás
no están acostumbrados
a que lo hagamos...
Que se acostumbren
y aprendan a hacerlo... es sano!.
No reprimamos nuestros sentimientos
por poco originales, cursis o lo que sea...
Si algo nos hace reír, riamos,
pero con ganas.
Si tenemos ganas de llorar...
lloremos con todas las lagrimas.
Si tenemos algo qué decir,
digámoslo con todas las palabras.
Claramente, es una buena forma
de enfrentar la vida...
seamos sinceros con nosotros mismos.
¡No nos vayamos a morir
antes que se nos detenga el corazón !
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