|
General: Una piedra y sus dolores
Elegir otro panel de mensajes |
|
De: utopia bcn (Mensaje original) |
Enviado: 31/03/2010 14:46 |
|
Una piedra y sus
dolores
Una
piedrecita reposaba en el fondo del arroyo. Al llegar la primavera, con
las lluvias, la corriente se dirigió a ella y le dijo:
- ¡Si
quieres te llevo al mar!
La piedra hizo algunos movimientos de
resistencia tratando de agarrarse al fondo y contestó a la corriente con
aire indiferente:
- ¡El mar!... ¡El mar no existe! Sólo existe
el arroyo, las piedras y las vacas que nos pasan por encima de vez en
cuando. Sigues tan idealista como siempre... ¡el mar!
Pero la
corriente volvió a susurrar:
- "Deja que te lleve... al mar, deja
que te lleve."
Y la piedra contestó, dejándose arrastrar:
-
Bueno, vamos -porque en el fondo le gustaba la aventura. Era una piedra
volcánica, con algunas estrías claras de las que estaba muy orgullosa.
A
pesar de viajar a merced de la corriente solía hacer comentarios
autoritarios para sentir que la dominaba.
- ¡Mira! -dijo una vez
con cierto acento despectivo- ¡Ya hemos pasado varios recodos y el mar
no está! ¡Déjame aquí!, estoy cansada de rebotar entre las peñas del
cauce.
- Deja que te lleve... -respondía suavemente la corriente.
La
piedra pasó por aguas enegrecidas y dijo:
- ¿A dónde me has
traído, sinvergüenza?¿Esto es el mar? ¡Prefiero que me pisen las vacas!
Pero
la corriente ya no respondía y tan sólo aumentaba la velocidad.
-
¡Para ya! -gritó la piedra chocando contra otros guijarros- ¡Vas a
destruirme!¿Es que no te das cuenta?¡No quiero ir al mar!... ¡Odio el
mar!
La corriente la arrastró con gran vehemencia haciendo sentir
un gran vértigo a la piedra, que en el colmo de su furia gritó: -¡También
te... !
Pero no pudo seguir porque estaba cayendo por una enorme
cascada. Y ya en el fondo añadió casi sin fuerzas: - También te odio
a ti, Arroyo... no vale la pena perder mis esquirlas por ese sueño que
llamas mar. Juegas conmigo sin sentido.
Pasaron a gran velocidad
entre muchos rápidos. Luego siguieron por remansos tranquilos, llenos
de algas y de líquenes.
La piedra ya no decía nada. Se había
abandonado a la corriente. Tenía la superficie cubierta de grietas y
casi no se reconocía a sí misma. Todo le dolía.
Atrás quedaron
diversas orillas, bosques y aldeas. A la piedra sólo le quedaba el
silencio, la corriente y el recuerdo de los golpes recibidos en una
tractoria desgraciada. Pero lo peor era el silencio.
De repente
escuchó otra voz. Era una voz muy distinta; grande, cautivadora y muy
azul:
- Por fin has llegado, piedra mía -dijo el mar.
Y
mientras caía dulcemente entre espléndidos corales, la piedra giró sobre
sí misma varias veces, como murmurando:
- ¡Gracias arroyo,
gracias corriente... os amo!... todo ha valido la pena
Quizás
también tú descubrirás al final que era ÉL quien te esperaba tras cada
recodo...
Autor: Miguel Segura
|
| | | | | | | | | |
|
|
|
Primer
Anterior
2 a 4 de 4
Siguiente
Último
|
|
De: Luzmari |
Enviado: 31/03/2010 17:17 |
|
|
|
De: Karol |
Enviado: 31/03/2010 20:08 |
Siempre nos debemos de dar la oportunidad de conocer nuevas cosas.
|
|
|
Primer
Anterior
2 a 4 de 4
Siguiente
Último
|
|
|
|
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados | |
|
|