En cierta ocasion le preguntaron a Ramesh, uno de
los grandes maestros de la India, lo siguiente:
"¿Por qué
existen personas que salen fácilmente de los problemas más complicados,
mientras que otras sufren por problemas muy pequeños y se ahogan en un
vaso de agua?"
El simplemente sonrió y contó una historia....
"Era
un sujeto que vivió amorosamente toda su vida. Cuando murió, todo el
mundo decía que él iría al cielo, pues un hombre tan bondadoso solamente
podría ir al paraíso.
En aquella época el cielo todavía no había
pasado por un programa de calidad total. La recepción no funcionaba muy
bien, y quien lo atendió dió una ojeada rápida a las fichas de
entradas, pero como no vió su nombre en la lista, le orientó para que
pudiera llegar al Infierno. Y como en el infierno nadie exigía
identificación ni invitación (cualquiera que llegara era invitado a
entrar), el sujeto entró y se quedó.
Algunos días después Lucifer
llegó furioso a las puertas del Paraíso y le dijo a San Pedro:
-¡Eso
que estás haciendo es puro terrorismo! ¡Mandaste a aquel sujeto al
Infierno y me está desmoralizando! Llegó escuchando a las personas,
mirándolas a los ojos, conversando con ellas. Ahora todo el mundo está
dialogando, abrazándose, besándose. ¡El infierno no es lugar para eso!
Por favor, trae a ese sujeto para acá!
Cuando Ramesh terminó de
contar esta historia dijo:
"Vive con tanto amor en el corazón
que, si por error vas a parar al infierno, el propio demonio te traiga
de vuelta al Paraíso."
Rafael Molina Morillo
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