Hay que dar alternativas, no decisiones. Dar ideas, no soluciones. Dar otra visión, pero sin llevar de la mano a los demás.
Marcar el camino, sin atrapar la voluntad.
Sugerir, sin presionar.
Aconsejar, sin obligar.
Proponer, sin forzar.
Advertir, sin censurar.
Reflexionar, sin imponer.
Hay que "mostrar", pero sin quitarle al otro
su derecho de escoger.
Pues a cada uno le gusta realizarse por su propia voluntad y enmendar los errores por su propia experiencia.
Hay que respetar la libertad de cada uno
para hacer su trabajo, trazar su dirección,
sembrar su tierra, adornar sus sueños,
desarrollar sus facultades y
¡terminar su obra!
A ver si al final puede llenarse las manos con ella.
Autor Desconocido