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LA PRINCESA ENAMORADA
Había una vez una princesa y un príncipe, recién casados, muy enamorados y que debían separarse por un tiempo, ya que él tenía que viajar a un extremo del reino para ordenar algunos asuntos. A fin de hacer la espera menos dolorosa, el príncipe prometió enviarle una carta cada mañana. Conforme las mismas llegaban, a la princesa le sorprendió que no arribaran con la frecuencia prometida. Sin embargo, al cabo de un par de semanas éstas comenzaron a llegar todos los días. Como la princesa era perspicaz se dio cuenta de que esto debía ocurrir porque el príncipe había llegado a destino. Y también se dio cuenta de que, así como el intervalo entre cartas se había alargado mientras el príncipe se alejaba, éste debería acortarse al acercarse. Luego, como era un tanto pícara, le envió una nota en la que le pedía que continuara escribiéndole todos los días, pero que no le avisara del inicio de su regreso, que su corazón enamorado se lo diría y que, como prueba de ello, le guardaría la carta escrita al inicio de su viaje de retorno. Lo que realizó sin ninguna dificultad.
(de la red)
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