Hubieras podido entonces herirme sin más clemencia, y haberme puesto a tu yugo cubriéndome con tus besos... hubiera sido de niños tomarme entre tus excesos, dejarme la misma noche... y agonizar en tu ausencia...
Hubieras podido entonces matarme entre tus delirios, ahogarme con tus gemidos cortándome con tu lengua, hubieras podido entonces hacer lo que habías querido, y esclavizarme contigo... y atiborrarme de penas...
Y todo cuanto en amarte se hubiera jurado el nombre hubieras desecho el hombre con tu más tenue suspiro... pero las viajeras manos del tiempo y su cometido llevaron lo que conmigo hubieras podido entonces.
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