A veces parece que todos los caminos se cierran,
que la noche es
eterna,
que el invierno ha congelado los
corazones,
que no existen más
rosas,
que tu destino son las
lágrimas,
que no hay sino soledad para
ti,
que han desaparecido las
estrellas,
que la sonrisa se apagó sobre la
tierra,
que los días son cortos y
lluviosos,
que las noches son interminables y
sin luna,
que no hay espacio alguno para tus
pies,
que no hay salida en la calle de tu
vida,
que la indiferencia y la desilusión
aprisionan tu corazón.
Pero aún entonces puedes
confiar
que tú eres un camino eterno y
abierto,
que tú eres un día
luminoso,
que en tu alma no hay
estaciones,
sólo las hay en tu
mente,
que hasta en el desierto más
árido
y seco hay una flor,
que las lágrimas, como el
agua,
dan vida y fecundidad,
que tú eres el mejor amigo de ti
mismo,
que tu alma es un cielo lleno de
luz y de estrellas,
que dentro de ti el rostro de la
vida sonríe,
que en ti está el sol
radiante,
solo es noche si le das la
espalda,
que el mundo es ancho y no
ajeno,
sino tuyo porque tú eres el
mundo,
que norte, sur, este y
oeste
son punto para tu
elección,
que tú eres amor
pleno.
Estás destinado a dar, más que a
recibir.
Ten confianza porque aunque tu
mente
te hable de puertas cerradas y de
soledad,
ése es un engaño temporal y
pasajero.
Tú estás destinado a ser
luz
para muchos que
necesitan
de tu luz y de tu
amor.
No te quedes cerrado en tu
rincón.
Darío Lostado