FELICIDADES AMIGOS CHILENOS!!!!!!
GLORIA A DIOS!!!!!!
LECTURAS MIERCOLES 12+1 Y JUEVES 14 DE OCTUBRE DEL 2010:
Lecturas: Miercoles 12+1 de Octubre, 2010
Primera Lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los gálatas (5, 18-25)
Hermanos: Si los guía el Espíritu, ya no están ustedes bajo el dominio de la ley. Son manifiestas las obras que proceden del desorden egoísta del hombre: la lujuria, la impureza, el libertinaje, la idolatría, la brujería, las enemistades, los pleitos, las rivalidades, la ira, las rencillas, las divisiones, las discordias, las envidias, las borracheras, las orgías y otras cosas semejantes.
Respecto a ellas les advierto, como ya lo hice antes, que quienes hacen estas cosas no conseguirán el Reino de Dios. En cambio, los frutos del Espíritu Santo son: el amor, la alegría, la paz, la generosidad, la benignidad, la bondad, la fidelidad, la mansedumbre y el dominio de sí mismo. Ninguna ley existe que vaya en contra de estas cosas.
Y los que son de Jesucristo ya han crucificado su egoísmo junto con sus pasiones y malos deseos. Si tenemos la vida del Espíritu, actuemos conforme a ese mismo Espíritu.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Salmo 1
Dichoso quien confía en el Señor.
Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos.
Dichoso quien confía en el Señor.
Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito.
Dichoso quien confía en el Señor.
En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo.
Dichoso quien confía en el Señor.
Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (11, 42-46)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo:
"¡Ay de ustedes, fariseos, porque pagan diezmos hasta de la hierbabuena, de la ruda y de todas las verduras, pero se olvidan de la justicia y del amor de Dios! Esto debían practicar sin descuidar aquello. ¡Ay de ustedes, fariseos, porque les gusta ocupar los lugares de honor en las sinagogas y que les hagan reverencias en las plazas! ¡Ay de ustedes, porque son como esos sepulcros que no se ven, sobre los cuales pasa la gente sin darse cuenta!"
Entonces tomó la palabra un doctor de la ley y le dijo:
"Maestro, al hablar así, nos insultas también a nosotros". Entonces Jesús le respondió: "¡Ay de ustedes también, doctores de la ley, porque abruman a la gente con cargas insoportables, pero ustedes no las tocan ni con la punta del dedo!"
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Sobre las Lecturas de Hoy...
Las invectivas de Jesús contra algunos fariseos y doctores de la Ley no tienen como intencionalidad destruir las enseñanzas de la Torá, dado que la fe en Jesús no se opone a lo esencial de la fe hebrea. Lo que si rechazó y criticó fuertemente Jesús fue la hipocresía y la manipulación que conlleva un cumplimiento rigorista, sólo aparente, sin una auténtica relación con el amor al otro, la compasión con el que sufre, la misericordia con el empobrecido y la adhesión al designio salvador y liberador de Dios para la humanidad. Este es el sentido profundo del por qué de los ayes de Jesús: el reproche del olvido de los mandamientos fundamentales de la fe hebrea: amar a Dios y al prójimo. Mostrar a un Dios legalista, inhumano, vigilante y retributivo dista mucho del carácter del Dios del Reino, de la justicia y de la misericordia; de ese Dios de la Alianza que inscribe su enseñanza en el corazón del creyente y que autocomunica su ternura infinita al ser humano. La comunidad eclesial, cuestionada por el mensaje de Jesús hoy, está llamada a cuestionar sus más profundas motivaciones y actitudes, cuestionándose en sus visos de hipocresía, vanidad, envidia y posiciones absolutas.
Lecturas: Jueves 14 de octubre, 2010
Primera Lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los efesios (1, 1-10)
Yo, Pablo, apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios, les deseo a ustedes, los hermanos y fieles cristianos que están en Efeso, la gracia y la paz, de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo. Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en él con toda clase de bienes espirituales y celestiales. El nos eligió en Cristo, antes de crear el mundo, para que fuéramos santos e irreprochables a sus ojos, por el amor, y determinó, porque así lo quiso, que, por medio de Jesucristo, fuéramos sus hijos, para que alabemos y glorifiquemos la gracia con que nos ha favorecido por medio de su Hijo amado.
Pues por Cristo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El ha prodigado sobre nosotros el tesoro de su gracia, con toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Este es el plan que había proyectado realizar por Cristo, cuando llegara la plenitud de los tiempos: hacer que todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, tuvieran a Cristo por cabeza.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Salmo 97
El Señor nos ha mostrado su amor y su lealtad.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria.
El Señor nos ha mostrado su amor y su lealtad.
El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel.
El Señor nos ha mostrado su amor y su lealtad.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor.
El Señor nos ha mostrado su amor y su lealtad.
Cantemos al Señor al son del arpa, suenen los instrumentos. Aclamemos al son de los clarines al Señor, nuestro rey.
El Señor nos ha mostrado su amor y su lealtad.
Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (11, 47-54)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos y doctores de la ley: "¡Ay de ustedes, que les construyen sepulcros a los profetas que los padres de ustedes asesinaron! Con eso dan a entender que están de acuerdo con lo que sus padres hicieron, pues ellos los mataron y ustedes les construyen el sepulcro.
Por eso dijo la sabiduría de Dios: Yo les mandaré profetas y apóstoles, y los matarán y los perseguirán, para que así se le pida cuentas a esta generación de la sangre de todos los profetas que ha sido derramada desde la creación del mundo, desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías, que fue asesinado entre el atrio y el altar. Sí, se lo repito: a esta generación se le pedirán cuentas.
¡Ay de ustedes, doctores de la ley, porque han guardado la llave de la puerta del saber! Ustedes no han entrado, y a los que iban a entrar les han cerrado el paso".
Luego que Jesús salió de allí, los escribas y fariseos comenzaron a acosarlo terriblemente con muchas preguntas y a ponerle trampas para ver si podían acusarlo con alguna de sus propias palabras.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Sobre las Lecturas de Hoy...
Jesús prosigue la diatriba contra los funcionarios del Templo y los maestros de la Ley en el marco de una cena en casa de un fariseo. Jesús revela su posición contra aquellos que han puesto la Ley como única y absoluta, olvidándose de la realidad de las personas. Estos ayes de Jesús van en contra de todo ese sinfín de preceptos en los que se hacían consistir la justicia y la piedad farisaica. Por ello la crítica de Jesús es certera: no se puede hacer de la ley un absoluto sin perjudicar las conciencias humanas, sin tergiversar o desfigurar la legítima imagen del Dios de la justicia, la vida y la verdad, así como tampoco se puede poner por encima de la persona humana sin hacer de él un ser deshumanizado y deshumanizante. Es preciso, para hacer del discipulado de Jesús un seguimiento más humano y evangélico, no creernos los autosuficientes, los poseedores de la verdad absoluta. No podemos confundir la verdadera relación con el Dios misericordioso con el mero cumplimiento frío de leyes y normas magisteriales. La relación fundante con el Evangelio pasa ineludiblemente por la construcción de una comunidad de iguales y desde la libertad y la compasión de Dios.