HE VISTO UNA MUJER
He descubierto en tus ojos la diáfana sensación de la alegría,
y en los míos, la beldad reflejada de tu armoniosa anatomía.
He visto pasar el tiempo sin entender que estás conmigo,
acunándome en los álgidos inviernos, ofreciéndome tu abrigo.
He puesto en mi voz, con dulce melodía y contrapunto,
el eco infinito y luminoso de tus verbales manjares.
He saboreado uno a uno y en todo su conjunto,
los rojos claveles de tu boca, alimento de juglares.
He traducido las intrincadas palabras que entrelíneas me ofreces
cuando al alba, en tu intento de princesa aclamada, reverdeces.
He andado por las cornisas diurnas de tu sombra sin anclajes,
y he caído adrede para perderme en tus intensas frondas salvajes.
He acotado el trayecto para arribar íntegro a tu simiente
sin saber que el paisaje se disfruta en el camino,
al llegar presuroso a tu lado estoy ausente,
con mi angustia nuevamente, me convierto en peregrino.
He imaginado tenerte y en tu regazo me tengas,
sin importar cuantas menguadas lunas rasguen el cielo.
Tenerte he imaginado y que el tiempo se detenga,
hasta saber que eres de mis amores el consuelo.
He visto una mujer, y en ella mi sensata abdicación,
de taciturnas caricias que en la noche yo he deseado.
He visto una mujer ,y en ella la entrañable ensoñación,
que mi alma enaltece, el de un hombre enamorado.
A/D