Al amigo que tenemos
Aquella vez que tropezamos éramos pichones huidos del nido cachorros jugando en el camino tan solo dos desconocidos.
Retoños de árboles distintos pétalos de corolas diferentes hijos del mundo y de esta tierra anónimos hermanos del alma.
Pero... La mágica esencia del destino que embebe cada trazo de la vida enlazó tu espíritu y el mío y dictando ecos de lealtad, Dijo... Éste es el día, éste es tu amigo.
Hugo Otero.
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