Mis queridos hermanos en Cristo y amigos:
Hoy inicia el Adviento, un NUEVO AÑO Litúrgico, un tiempo de preparación espiritual, un tiempo de espera……
Debo preguntarme: ¿qué espero?
Es necesario hacer un alto, hacer un examen profundo de qué es lo que significa para mí este tiempo de espera…
¿Espero regalos, meramente materiales, meramente caros, meramente llamativos, bonitos, inclusive, necesarios?
¿Espero llegar a ver a algunos amigos que hace tiempo no veo, algunos familiares que solamente por estas fechas nos reunimos?
¿Espero las fiestas, la música, los abrazos, las celebraciones de beber y comer a la mesa adornada, reír y compartir, recordar y hacer promesas?
¿Espero viajar, ver otros lugares, otras personas, otras costumbres, otras celebraciones lejos de casa, pero muy divertidas, agradables, alegres, tal vez eufóricas, desvelarme, cansarme, pensando que al terminar me echaré en la cama, en mi cuarto, a reponerme del ajetreo y de las fatigas de tanta fiesta y esfuerzo?
¿Espero repartir regalos materiales, repartir sonrisas, felicitaciones, buenos deseos, brindis, reunir a la mesa a todos los que amo, y que quizá algunos, durante un año o más no veía?
Bueno…. no es tan malo esperar todo eso… desde luego… pero falta algo más, falta LO PRINCIPAL..
Quiero esperar el re-nacer del Salvador, quiero ser aquél Portal, ser aquél Pesebre, ser tal vez alguno de los pastorcillos que corrió por el desierto, atendiendo el llamado del ángel para ir a doblar rodilla ante el niño pequeñito que acaba de nacer en un cuerpo como el mío, pero que contiene al mismo DIOS.
Y quiero ser tal vez, por lo menos por un momento, alguno de los que estuvieron a presentarle adoración, alabanza, y agradecimiento, y atónitos vieron al Rey del Universo, envuelto en pañales, teniendo a Su Madre Santísima arrobada, mirándole y adorándole también.
Es demasiado, pensar que quiero ser uno de aquellos hombres sabios que viajaron muchos días y noches, siguiendo la estrella, para encontrarle, y al llegar también, caer postrados, humildemente para ofrecerle los regalos tan significativos, de Su Divinidad, de Su Humanidad, y de Su Regencia. Eso es demasiado desear ¿no?
Entonces, ¿cómo querer lo adecuado? ¿cómo celebrar este tiempo en que me está invitando Jesús, un año más de mi vida adulta?... ¿cómo corresponder a todo lo que durante el año que termina y durante toda mi vida me ha dado, y que lo mejor que he tenido, ni siquiera tuve que pedírselo?
Creo, mis hermanos, mis amigos, que me debo abocar a pedirle a Jesús y a María Santísima, que me concedan, vivir estas cuatro semanas y que sepa vivirlas, buscando comprender lo que Dios quiere de mí, y no lo que yo quiero nomás de Él para mí… y una primera parte (creo yo), es comprometerme a verle a Él en cada uno, pero especialmente en aquél que según mi criterio torcido, no merece mi cuidado ni mi afecto.
Creo, que debo dedicar algo de lo mucho que tengo, para alegrar la vida del que sufre, del que carece, del que llora, del que padece, y bueno…. es tanto lo que debo hacer y soy tan débil… pero Jesús mismo me dice que PIDA Y RECIBIRE… que TOQUE Y SE ME ABRIRA… que LLAME Y SERE ESCUCHADA… todo lo que tengo qué hacer y tú también es de veras Confiar humildemente en Jesús, y mediante la amorosa intercesión de La Mater, este tiempo de espera, será muy bien aprovechado…
Y entonces… podré vivir la NAVIDAD, en LA PAZ DE CRISTO y pedir esto mismo para aquellos que aún no la conocen y también para aquellos que la conocen y LA RECHAZAN…
Mientras, mis muy queridos hermanos y amigos, hoy, quiero agradecerles, por todo este año que me acompañaron, que me alentaron, que me hicieron reír, que me aguantaron en ocasiones en que tal vez les molesté.. en este medio del internet tengo muchos amigos, que como tú que me lees, quizá nunca me hayan visto a los ojos, que quizá no hayan escuchado mi voz, solamente me han leído, y han recibido envíos de presentaciones, cosas para meditar, cosas tristes, chistes, etc., pero también les he enviado peticiones para que ayudaran a rogar por alguien que lo necesitó y ustedes dedicaron su fervorosa oración en ayuda de un hermano desconocido y lejano.
Y algunos no los he tratado durante todo el año, solo unos meses quizá… sin embargo, yo ruego a Dios porque la amistad crezca, porque el amor fraterno se manifieste, que la confianza nunca sea traicionada y que reine por siempre primero Dios en nuestras comunicaciones…
GRACIAS
BENDICIONES
(ESTE MENSAJE NO LO ESCRIBI YO, LO RECIBI EN MI CORREO PRIVADO, PERO EXPRESA TODO LO QUE QUERRIA DECIRLES ATOS/AS USTEDES, POR ESO LO COMPARTO)
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