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General: EL EVANGELIO DE HOY LUNES 21 DE MARZO DE 2011.DIOS LOS BENDIGA ,FELIZ DIA
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El Evangelio de Hoy LUNES 2i DE MARZO DE 2011
Lunes de la segunda semana de Cuaresma.
¡Bienvenidos Hermanos y hermanas en Cristo Jesús!
Nos hemos reunido para leer la Palabra y alimentarnos de Cristo
que fortalece nuestra vida y nos compromete a vivir
y a llevar una vida Espiritual llena de amor y paz.
Con alegría leamos la palabra.
“Habla, Señor, que tu siervo escucha”.
“Señor, creo que en las Sagradas Escrituras que voy a leer
se contiene Tu Santa Palabra.Haz que la escuche con todo respeto y amor.
Ilumina mi mente para que por medio de ella yo conozca
Tu Santa voluntad, y mueve mi corazón para que yo cumpla con fidelidad
lo que Tú quieres de mí.Espíritu Santo, ilumina con Tu luz mi cabeza
y enciende mi corazón para que la palabra de Dios
pueda entrar y quedarse siempre en mí, para conocer por medio
de Tu Palabra, tu Divina Voluntad,lo que puedo y debo hacer,
lo que debo y puedo modificar,y que no depende de mi cambiar.
Como debo conducirme en los acontecimientos de la vida.
Señor, aquí tienes mi corazón abierto,
dispuesto a escuchar Tu Palabra con corazón sencillo
y con la voluntad decidida para obedecerle.
En Ti esta la luz y la salvación.
Amen y Amen
Primera Lectura
Daniel 9,4b-10
Señor, Dios grande y terrible, que guardas la alianza y eres leal con los que te aman y cumplen tus mandamientos. Hemos pecado, hemos cometido crímenes y delitos, nos hemos rebelado apartándonos de tus mandatos y preceptos. No hicimos caso a tus siervos, los profetas, que hablaban en tu nombre a nuestros
reyes, a nuestros príncipes, padres y terratenientes. Tú, Señor, tienes razón, a nosotros nos abruma hoy la vergüenza: a los habitantes de Jerusalén, a judíos e israelitas, cercanos y lejanos, en todos los países por donde los dispersaste por los delitos que cometieron contra ti. Señor, nos abruma la vergüenza: a nuestros reyes, príncipes y padres, porque hemos pecado contra ti. Pero, aunque nosotros nos hemos rebelado, el Señor, nuestro Dios, es compasivo y perdona. No obedecimos al Señor, nuestro Dios, siguiendo las normas que nos daba por sus siervos, los profetas.
Meditación
Hemos pecado, hemos cometido crímenes y delitos
Jesús nos pide que seamos «misericordiosos», como El es «misericordioso» con nosotros. La plegaria de Daniel se apoya, por entero, sobre esa misericordia de Dios. Esto nos permite no «descorazonarnos» cuando pensamos en nuestros pecados. -¡Oh! Señor, Dios grande y temible... Es el primer pensamiento que cruza nuestra mente. La grandeza, la perfección, la santidad de Dios. "Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo. El cielo y la tierra están llenos de tu gloria". Ese Dios santo, hermoso y grande... espera de los hombres santidad, belleza, grandeza. Sed perfectos como vuestro Padre es perfecto. Me detengo y reflexiono sobre la noción de «perfección»: un objeto perfecto, un trabajo perfecto. -Nosotros hemos pecado, hemos cometido la iniquidad, hemos sido malos, nos hemos rebelado y nos hemos apartado de tus mandamientos. El mal. Lo contrario a la perfección. Pienso en un objeto frustrado, un trabajo mal hecho, chapucero. Lo contrario de Dios. El egoísmo en lugar del amor. La fealdad en lugar de la belleza. Pienso en mis pecados habituales y los miro desde ese ángulo. Trato de darme cuenta mejor que son un fallo, un mal. Trato de ver si haciendo yo lo contrario sería un bien, un resultado mejor. -Nosotros... nosotros... nosotros... no hemos escuchado... Lo que los profetas dijeron a nuestros reyes, a nuestros jefes, a nuestros padres, a todo el pueblo. Esa oración penitencial de Daniel es muy justa. No se dirige a Dios desde una perspectiva «individual» solamente -mis pecados-, sino desde una perspectiva "comunitaria" -nuestros pecados-. Ayúdanos, Señor, a dirigirnos a ti en nombre de todos nuestros hermanos. «Nosotros» hemos pecado... Yo soy solidario de los pecados de los demás. Cuando, en esta cuaresma pronuncio unas plegarias penitenciales, estoy rogando por el mundo entero. «Ten piedad de nosotros, Padre de todos nosotros, Tu estás viendo nuestra miseria. En este mismo momento, esta oración mía, la estoy haciendo a cuenta de toda la humanidad. Te ruego, Señor, por todos los pecadores de los cuales formo parte. -A ti, Señor, la justicia... A nosotros la vergüenza en el rostro... He ahí donde nos encontramos, por el momento. EI descubrimiento indispensable de nuestras deficiencias, de nuestros límites, de nuestro poco dominio de nosotros mismos, no es muy hermoso. No hay de qué enorgullecerse. Se siente más bien vergüenza. Esta es una primera etapa. -Al Señor Dios nuestro, la piedad y el perdón. En efecto y felizmente Tú eres mejor que nosotros, Señor. Te doy gracias por esas palabras: la piedad... el perdón... Por todas las veces que has perdonado mis debilidades, bendito seas.
Salmo responsorial: 78 Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados.
No recuerdes contra nosotros las culpas de nuestros padres; que tu compasión nos alcance pronto, pues estamos agotados. Socórrenos, Dios, salvador nuestro, por el honor de tu nombre; líbranos y perdona nuestros pecados a causa de tu nombre. Llegue a tu presencia el gemido del cautivo: con tu brazo poderoso, salva a los condenados a muerte. Mientras, nosotros, pueblo tuyo, ovejas de tu rebaño, te daremos gracias siempre, contaremos tus alabanzas de generación en generación.
El Evangelio de hoy
Lucas 6,36-38
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. La medida que uséis, la usarán con vosotros."
Meditación
Perdonad, y seréis perdonados
El evangelio de hoy plantea un desafío vital para los seguidores de Jesús. Ya no se trata tan sólo de no hacer el mal; ahora se nos ordena hacer el bien de la misma manera como se quisiera para uno mismo. El tiempo de cuaresma que estamos viviendo resulta oportuno para hacer una revisión profunda de dos aspectos de nuestra vida: la forma como nos relacionamos con los demás, y nuestra capacidad de perdón. Con respecto a la manera de relacionarnos, el evangelio nos pone por delante el derrotero del amor. No juzgar y no condenar son una clara invitación a comprender, a amar, incluso cuando los demás se equivoquen y el mundo nos juzgue o nos condene. Esta cuaresma es un tiempo propicio para avanzar en nuestra capacidad de amar y comprender: en la familia, en la comunidad cristiana y en la sociedad en general. Con respecto al perdón, bien sabemos que no es fácil acercarnos a un hermano para solicitarle que nos perdone, o para ofrecerle nuestro perdón por alguna falta cometida. El mundo de hoy está urgido de perdón y de amor. Ese proceso ha de comenzar en cada persona, en cada familia, en cada pequeña comunidad que puede ir dando pasos hacia la reconciliación. Pidámosle a Dios Padre que nos haga capaces de perdonar y comprender a los demás, como esperamos ser comprendidos y perdonados por ellos.San Lucas relaciona el amor al enemigo con la problemática de los préstamos de dinero y los asuntos de las reglas sobre el empeño, y de esta manera redefine el concepto de enemigo: un enemigo no es precisamente aquel que trata a otro con violencia, sino que es también (o puede serlo) aquel que exige para sí mismo los mismos derechos y prestigios sociales; de igual manera, es aquel que aparentemente de forma legal explota al prójimo mediante el cobro indebido de intereses y exigiendo sus derechos sobre lo empeñado. De esta manera, el enemigo se define desde la posición social respectiva, siendo esa definición más concreta que nunca. Como se ve, más que reglas precisas que hay que tomar al pie de la letra, en este pasaje de Lucas se expone el espíritu que debe animar las relaciones humanas cuando éstas entran en crisis por la enemistad. Entonces, la norma es la regla de oro y todo lo que de ella deriva: generosidad, perdón, comprensión, misericordia.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Señor: reconozco que no soy nada sin tu compasión, ayúdame que cada vez que este enfrente a un hermano, me acuerde de hacer con el lo mismo que Tu has hecho y haces conmigo, gracias porque afortunadamente no me tratas como merecen mis pecados.
Mi buen Jesús: no puedo desechar tus palabras que me invitan a ser compasivo, desde hoy, quiero acoger lo que me pides y con tu ayuda dejare de hablar de mis hermanos, de criticarlos, de juzgarlos, respetare las diferencias, evitare todo lo malo y el rechazo,y cada que hable de alguien lo voy hacer solo para elogiarlo,edificarlo,porque cuando hago eso, lo estoy mirando con tus ojos y estoy viendo en esa persona el Cristo que lleva dentro .
“Señor Jesucristo, te necesito. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Señor y Salvador. Gracias por perdonar mis pecados. Toma el control del trono de mi vida. Hazme la clase de persona que quieres que sea.” Padre lleno de amor, tú que te complaces en la misericordia y no te dejas ganar en generosidad y compasión, perdona siempre nuestras faltas y todo aquello con lo que herimos a tus hijos alejándonos así de tu casa y de tu mesa, así, con la luz de tu Espíritu Santo reconoceremos que tu amor es más grande que nuestras faltas y volveremos a ti con un corazón contrito y humillado. Gloria y alabanza a ti, Señor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.Amen
* Te agradecería compartieras con tus amigos esta reflexión. Con el mayor de mis respetos. Saludos y Dios los Bendiga. *
GRACIAS POR TU AMISTAD
FELIZ DIA.
Hermes Sarmiento G.
De Colombia
Si deseas escribirme, hazlo a este correo.
Así, responderé oportunamente.
Gracias
Hermes281955@hotmail.com
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Gracias A La Hna Silvia Por El Fondo
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De: Taty |
Enviado: 22/03/2011 05:31 |
"Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados.
No recuerdes contra nosotros las culpas de nuestros padres; que tu compasión nos alcance pronto, pues estamos agotados. Socórrenos, Dios, salvador nuestro, por el honor de tu nombre; líbranos y perdona nuestros pecados a causa de tu nombre. Llegue a tu presencia el gemido del cautivo: con tu brazo poderoso, salva a los condenados a muerte. Mientras, nosotros, pueblo tuyo, ovejas de tu rebaño, te daremos gracias siempre, contaremos tus alabanzas de generación en generación."
amén
Gracias Hermes,
feliz semana,
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