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General: EL EVANGELIO DE HOY MARTES 22 DE MARZO DE 2011.DIOS LOS BENDIGA,FELIZ DIA
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El Evangelio de Hoy MARTES 22 DE MARZO DE 2011.
Martes de la segunda semana de Cuaresma.
¡Bienvenidos Hermanos y hermanas en Cristo Jesús!
Nos hemos reunido para leer la Palabra y alimentarnos de Cristo
que fortalece nuestra vida y nos compromete a vivir
y a llevar una vida Espiritual llena de amor y paz.
Con alegría leamos la palabra.
“Habla, Señor, que tu siervo escucha”.
“Señor, creo que en las Sagradas Escrituras que voy a leer
se contiene Tu Santa Palabra.Haz que la escuche con todo respeto y amor.
Ilumina mi mente para que por medio de ella yo conozca
Tu Santa voluntad, y mueve mi corazón para que yo cumpla con fidelidad
lo que Tú quieres de mí.Espíritu Santo, ilumina con Tu luz mi cabeza
y enciende mi corazón para que la palabra de Dios
pueda entrar y quedarse siempre en mí, para conocer por medio
de Tu Palabra, tu Divina Voluntad,lo que puedo y debo hacer,
lo que debo y puedo modificar,y que no depende de mi cambiar.
Como debo conducirme en los acontecimientos de la vida.
Señor, aquí tienes mi corazón abierto,
dispuesto a escuchar Tu Palabra con corazón sencillo
y con la voluntad decidida para obedecerle.
En Ti esta la luz y la salvación.
Amen y Amen
PRIMERA LECTURA. Isaías 1,10.16-20
Oíd la palabra del Señor, príncipes de Sodoma, escucha la enseñanza de nuestro Dios, pueblo de Gomorra: "Lavaos, purificaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones. Cesad de obrar mal, aprended a obrar bien; buscad el derecho, enderezad al oprimido; defended al huérfano, proteged a la viuda. Entonces, venid y litigaremos -dice el Señor-. Aunque vuestros pecados sean como púrpura, blanquearán como nieve; aunque sean rojos como escarlata, quedarán como lana. Si sabéis obedecer, lo sabroso de la tierra comeréis; si rehusáis y os rebeláis, la espada os comerá. Lo ha dicho el Señor."
Meditación
“Aprendan a obrar bien, busquen el derecho”
Tenemos como tema de comentario la primera página del profeta Isaías. Se estrena un profeta: un formidable profeta que comienza a hablar en nombre de Dios. Mucho tiene que sufrir este hombre de Dios en medio de sus contemporáneos. El oráculo que hoy leemos -el primero que se conserve del profeta- fue pronunciado probablemente en el templo -contra la religión formulista, externa y vacía, sin amor. Se insulta a Israel -el pueblo de Dios- con el nombre de dos ciudades que representaban a un pueblo podrido; Sodoma y Gomorra. Y es que Israel había caído en el culto literal de la fórmula, del rito y el signo vacíos, sin fe; más aún, se aprovechaban estas fórmulas religiosas para oprimir a los necesitados. El profeta exhorta a cambiar de conducta y señala en qué consiste la verdadera religión: en obras de amor sincero: hacer el bien, defender al oprimido... todo lo que hemos visto en varios textos de Isaías durante la semana de ceniza. El pueblo elegido piensa que proporciona un placer a Dios al pisar en gran número los patios de su templo y llevando ofrendas tan opulentas. Pero la impureza moral de quienes ofrecen esos sacrificios resulta tan repugnante que Dios no puede realmente tolerar esa religión sin fe. Pero hay una posibilidad de que Dios acepte ese culto: que el pueblo se convierta dando acogida a los pobres y haciéndoles partícipes de la opulencia de los sacrificios de los que Dios prescindiría con gusto. Este peligro también lo tenemos nosotros, hermanos, de que nuestro culto a Dios esté situado en el plano de una religión sin fe. El rito, el culto, debe traducir siempre la conversión personal y la de la comunidad.
Obrar el bien y buscar la justicia, haciendo propia la causa de los pobres, será lo que manifestará si el hombre desea verdaderamente volver al Señor, arrepentido de sus pecados. Isaías nos hace conocer al Dios santo que todo lo renueva; que puede hacer que del corazón reseco del pecador nazca un amor entregado y liberador.
El pueblo elegido piensa que proporciona un placer a Yavhé al pisar en gran número los patios de su templo y llevando ofrendas tan opulentas. Pero la impureza moral de quienes ofrecen esos sacrificios resulta tan repugnante que Yavhé no puede realmente tolerar esa religión sin fe. Pero hay una posibilidad de que Dios acepte ese culto: que el pueblo se convierta dando acogida a los pobres y haciéndoles partícipes de la opulencia de los sacrificios de los que Yavhé prescindiría con gusto (vv. 16-18). El oráculo termina con una amenaza (v. 19) basada también en el concepto de la retribución temporal: o la obediencia y la abundancia, o la rebelión y el castigo.
Buen número de cristianos -practicantes estacionales- tenía conciencia de cumplir así con Dios y estar después despreocupado por un buen espacio de tiempo; aceptaban fácilmente que esos deberes están representados por ritos pintorescos e incomprensibles: era el tributo que había que pagar a Dios para que proteja y bendiga su vida.
Salmo responsorial: 49
Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.
No te reprocho tus sacrificios, pues siempre están tus holocaustos ante mí. Pero no aceptaré un becerro de tu casa, ni un cabrito de tus rebaños. ¿Por qué recitas mis preceptos y tienes siempre en la boca mi alianza, tú que detestas mi enseñanza y te echas a la espalda mis mandatos? Esto haces, ¿y me voy a callar? ¿Crees que soy como tú? El que me ofrece acción de gracias, ése me honra; al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios."
El Evangelio de hoy
Mateo 23,1-12
En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: "En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros. Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar consejeros, porque uno solo es vuestro consejero, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido."
Reflexion
Letrados y fariseos no hacen lo que dicen
En el evangelio de hoy, Jesús condena duramente a los fariseos «que dicen y no hacen». Unos siglos antes, Isaías fustigaba también duramente a sus contemporáneos para llevarlos a convertirse. -Oíd la palabra del Señor. La invitación a la conversión no es sólo y simplemente una palabra de hombre. Tampoco es una predicación de orden moral. La invitación a la conversión procede de Dios. Las conductas de la humanidad interesan a Dios.
El día de hoy el evangelio presenta una lección de Jesús en torno a la coherencia de vida. El Maestro cuestiona la forma de actuar de los letrados y fariseos, que han hecho de los preceptos de la ley el único camino para acercarse al plan de Dios; pero ellos mismos han eludido sus propias cargas; mientras las imponen al pueblo, ellos no las cumplen. Con una vida incoherente hacen alarde de la ley y la cuelgan en las cintas de sus vestidos; les gustan los primeros puestos y se hacen llamar maestros. Estos comportamientos son una muestra del poder y de la idolatría a la que llegan los fariseos y letrados, sin hacer un mínimo esfuerzo por practicar la ley. En la Iglesia muchas veces hemos caído en la repetición de una catequesis centrada en verdades, mandamientos, reglas que desde niños aprendemos y repetimos, pero muy pocas veces cumplimos. La enseñanza de la fe cristiana no ha estado fundada en la práctica de la justicia, del respeto, del perdón, de la solidaridad; y eso ha hecho de nuestra iglesia una estructura fría y a veces poco comprometida con las causas de los más pequeños.
-Escuchad la orden de nuestro Dios... No es solamente una «invitación» gratuita o indiferente. Dios se compromete en su palabra; ésta es una «orden». Es una palabra activa que lleva a la acción, es una orden. -Lavaos, purificaos. Apartad de mi vista vuestras fechorías. Todo el mal del mundo sucede ante los ojos de Dios. Todos los hombres, que se odian, se oprimen o se matan entre sí ante la mirada de su Padre. Toda la hez de la humanidad aparece ante su Rostro. Toda la maldad de los hombres, se desarrolla ante la bondad de su amor... -Apartad de mi vista vuestras fechorías. Desistid de hacer el mal... Aprended a hacer el bien... El pueblo judío -como nosotros hoy-, tenía a menudo la impresión de que procuraba la gloria de Dios, aportando ofrendas al Templo y haciendo otros ritos cultuales. Los profetas han recordado siempre, en el nombre de Dios, que "la vida de cada día": haciendo el bien y evitando el mal, es lo que agrada a Dios. -Buscad lo justo, dad sus derechos al oprimido, haced justicia al huérfano, defended a la viuda. Escucho esas palabras. Las repito sucesivamente: el oprimido... el huérfano... Ia viuda... Todas ellas, personas indefensas. ¿A quienes representan, para mí? ¡Dios mío! ¿Qué hacer, para responder real y verdaderamente a esas «órdenes» divinas? ¿Cuál será mi respuesta a esos «mandamientos» de Dios? Durante la cuaresma, más que en tiempo ordinario, soy «invitado» a darme, a comprometerme, a luchar por la justicia, por el bien de mis hermanos. Esto es lo que Tú esperas de mí para borrar mis pecados. Y puedo hacerlo a través de mi vida ordinaria, profesional y social. Gracias, Señor, por repetirme esas cosas Pongamos en las manos de Dios la vida de los servidores de la Iglesia: los obispos, los sacerdotes, los pastores Cristianos, los catequistas, los animadores Cristianos, para que el Señor les acompañe en la misión de formarnos en la fe y en la práctica de una fe comprometida.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Señor: con Tu Palabra me has enseñado que no te agradan las personas hipócritas, ayúdame a ser cada día mas transparente y a buscar siempre servirte en lo oculto.
Señor, me confieso débil y pecador, reconozco que todos tus juicios son sensatos y justos y que lo que aún hay de malo en mi vida es debido a todas aquellas áreas que no he rendido a tu luz y a tu amor. Pero, Señor, hoy clamo por tu misericordia, apelo a tu amor desmedido por los que te buscamos, sé que comprendes mis flaquezas y me perdonas, hoy te pido tu gracia para levantar delante de tu admirable luz, toda mi persona; ilumíname, Señor, para pertenecerte por completo. Señor: reconozco que no soy nada sin tu compasión, ayúdame que cada vez que este enfrente a un hermano, me acuerde de hacer con el lo mismo que Tu has hecho y haces conmigo, gracias porque afortunadamente no me tratas como merecen mis pecados.
“Señor Jesucristo, te necesito. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Señor y Salvador. Gracias por perdonar mis pecados. Toma el control del trono de mi vida. Hazme la clase de persona que quieres que sea.” Padre lleno de amor, tú que te complaces en la misericordia y no te dejas ganar en generosidad y compasión, perdona siempre nuestras faltas y todo aquello con lo que herimos a tus hijos alejándonos así de tu casa y de tu mesa, así, con la luz de tu Espíritu Santo reconoceremos que tu amor es más grande que nuestras faltas y volveremos a ti con un corazón contrito y humillado. Gloria y alabanza a ti, Señor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.Amen
* Te agradecería compartieras con tus amigos esta reflexión. Con el mayor de mis respetos. Saludos y Dios los Bendiga. *
GRACIAS POR TU AMISTAD
FELIZ DIA.
Hermes Sarmiento G
De Colombia
Si deseas escribirme, hazlo a este correo.
Así, responderé oportunamente.
Gracias
Hermes281955@hotmail.com
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De: ALMYS |
Enviado: 22/03/2011 15:36 |
Se nos olvida con frecuencia que nuestra vida cristiana se manifiesta en la humildad, que el único importante en toda conversación es Cristo, que Él es el único que merece el poder, el honor y la gloria, y que el elemento que plenifica nuestra vida es el servicio.
Entrenémonos en esta Cuaresma tomando los últimos lugares, dándole el lugar de honor en nuestra vida a Cristo y sirviendo con alegría a los demás.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. Como María, todo por Jesús y para Jesús. Pbro. Ernesto María Caro
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