Una de las imperfecciones que causan mucho retraso en la vida espiritual
Y que se mezclan de manera muy sutil en nuestra vida es la envidia.
Es increíble que aun como cristianos no sepamos alegrarnos de los bienes
Y de las bendiciones que reciben nuestros hermanos,
Y en ocasiones sentimos hasta coraje de que Dios los haya bendecido;
no sólo en el plano económico, sino como nos lo presenta hoy el evangelio,
en el ámbito social, que se extiende hasta el religioso.
Esto, como nos lo dice Jesús, es entendible que se presente en los paganos,
en los que no están llenos del amor de Dios pero, ¿en nosotros?
Lógicamente esto genera críticas y enemistades.
Qué diferente sería nuestra vida,
si al ver que uno de nuestros hermanos recibe una bendición, nos alegráramos con él. Seguramente que nuestra vida estaría llena de paz y felicidad.
Cambia tu actitud y "verás qué bueno es el Señor".