Oración contestada
Nutro mi alma con momentos de oración.
Durante y después de la oración, ¿qué pasa? Tal vez espere que algo suceda sin darme cuenta de que en realidad ya está sucediendo. Cuando oro, quizás no vea evidencia inmediata de una respuesta; sin embargo, esta está surgiendo.
Luego de orar, según prosigo con mis labores, me mantengo asido a mi fe aun cuando no vea señal de mejoría en mi condición o circunstancia o en las de otra persona. Continúo afirmando la verdad de la perfección innata y mantengo mi mente en paz. Una mente en paz es una mente en fe. Consciente de Dios, mi corazón agradecido se abre al bien que deseo. Sé que con Dios todo es posible y que a mi Creador le place darnos Su bien.
Entonces María dijo: “Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador”.—Lucas 1:46-47
|